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EL OJO DE PADGETT

Mujeres migrantes: buscan parir en EU… pero quedan atrapadas en México

Mujeres provenientes de América Latina salen de sus países embarazadas con la meta de dar a luz en Estados Unidos, sin embargo, en México se topan con una realidad de corrupción y acecho del crimen que arraiga su futuro al país.

México vive un arribo extraordinario de migrantes de diveros países de América Latina que buscan llegar a Estados Unidos. Créditos: Cuartoscuro
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El drama migrante no cesa en todas las regiones del país. Pero más lo son las historias de las mujeres que han abandonado sus comunidades, a sus familias, a sus naciones, estando embarazadas. 

Sin mirar atrás y a miles de kilómetros de su objetivo, ellas buscan que en los nueve meses de gestación les dé tiempo de llegar a Estados Unidos y den a luz en aquel país y con ello garantizar que sus hijos adquieran, por derecho, la nacionalidad. 

Sin embargo, este sueño, el otro sueño americano, se ve frustrado cuando llegan a México, donde su travesía hacia la frontera norte se convierte en un calvario auspiciado por las autoridades migratorias, que en muchos de los casos tienen en sus filas a los mexicanos más corruptos y la otra, la más difícil, a la de los mexicanos que matan a sueldo, los que están al servicio del narcotráfico. 

El periodista Humberto Padgett, quien se encuentra en San Luis Potosí, recogió el testimonio de una mujer venezolana. Tiene seis meses de embarazo y el tiempo se acaba para que pueda llegar a Bronxville, en Nuevo Laredo, Texas, a que su hija nazca bajo el cobijo de las leyes estadounidenses. 

La mujer huyó de Venezuela agobiada por la violencia y la carestía, en Colombia corrió la misma suerte, sin embargo, la crudeza de la realidad latinoamericana no tiene comparación con pasar en México. 

"Buscamos un buen futuro, el poder estar en Estados Unidos y que nos vaya mejor. (Salimos) sin saber lo que uno se va a encontrar acá, más que todo en México. Uno pasa la selva, la selva del Daríen, pero lo peor está acá en México", reconoce la mujer que lleva consigo a Samara, cuyo futuro, muy seguramente, estará atado, indiscutiblemente a la realidad mexicana. 

Ella quiere cruzar a Texas por Tamaulipas, sin saber que en ese estado operan los resabios de una de las organizaciones criminales más crueles del país: Los Zetas. En esta entidad, un grupo de migrantes fue asesinado en San Fernando por este grupo, y sin saberlo, a la venezolana no le importa, asume el riesgo por su objetivo. 

Tampoco le importa que migrantes centroaméricanos hayan muerto en una estación migratoria por la negligencia de las autoridades migratoras, su meta está fija en su mente. 

-"Eso sí ese sí lo escuché. 

-"Y ¿no le da miedo terminar en un lugar así?", cuestiona Padgett. 

-"Claro que sí, pero quiero que mi nilña nazca allá. Se va a llamar Samara, porque es la protegida de Dios", narra con la voz entrecortada. "En este momento preferiría estar más en mi país que estar acá", sostuvo la mujer. 

Olas y olas de migrantes

El pasado 21 de septiembre, alrededor de 10 mil migrantes cruzaron la frontera de México hacia Estados Unidos, de acuerdo con cifras de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

El periodista Marco Silva señaló en "Por la Mañana" que esa cifra es similar a los récords que se alcanzaron durante mayo antes de concluyera el Título 42.

Las últimas personas que cruzaron la noche del miércoles pasado lo hicieron en un grupo de entre 2 mil y 3 mil  migrantes, de acuerdo con medios de comunicación locales.

Algunos migrantes, sobre todo venezolanos y hondureños, llegaron a Piedras Negras, en Coahuila, y siguieron el camino para llegar al Río Bravo. Hubo personas que decidieron cruzar en la noche y otras que se esperaron para entrar a Eagle Pass, ciudad de Texas desbordada por el flujo migratorio, según Marco Silva.