El pleito cantado entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homóloga de Perú, Dina Boluarte, adquirió una nueva dimensión este jueves luego que el tabasqueño rechazó asistir al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) porque el país sudaméricano tendría a su representante en el mismo lugar.
La cumbre de la APEC tendrá lugar en San Francisco, California, en Estados Unidos, y López Obrador fue invitado por el presidente Joe Biden. Sin embargo, la Casa Blanca reveló que junto al gobierno de México se valoró la inasistencia del jefe del Ejecutivo federal por el conflicto abierto con Perú, al que ha llamado espurio, según comentó el portavoz de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Cabe señalar que junto a Perú, Colombia y Chile, México tiene un pacto comercial conocido como la Alianza del Pacífico, cuya presidencia también estuvo en disputa pues la transferencia del mando pro tempore de México a Perú se vio inmersa en el conflicto diplomático entre ambos mandatarios.
Fue Chile, bajo el gobierno de Gabriel Boric, quien tuvo que mediar entre ambas naciones para que el traspaso de la presidencia de la Alianza pudiera darse luego de un año.
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Pero esta no ha sido la primera muestra de rechazo que López Obrador ha manifestado contra la presidenta de Perú. Por ejemplo, en su reciente gira de trabajo por Colombia y Chile, el mandatario federal decidió no atravesar el espacio aéreo peruano para evitar una confrontación o lo que calificó como una posible "majadería" de la administración de Boluarte.
“Como no queremos que nos hagan una majadería, porque como es público y notorio, no tenemos buenas relaciones con el gobierno de Perú, no vamos a solicitar pasar por el espacio aéreo peruano, vamos a dar un rodeo para llegar a Santiago de Chile. Vamos a volar más tiempo, como una hora más por el rodeo”, apuntó.
El origen del conflicto
Pero ¿de dónde viene la animaversión de López Obrador contra el gobierno de Dina Boluarte? Hay que remontarnos al 7 de diciembre de 2022 cuando aun gobernaba Pedro Castillo.
Ese día, luego de varios intentos de someterlo a un juicio político para despojarlo de su cargo, el mandatario peruano decidió disolver el Congreso e instaurar un gobierno de excepción.
Este hecho, fue considerado por los legisladores peruanos como un "golpe de Estado" y pronto votó su destitución por "incapacidad moral" y finalmente decidió que se iniciara un proceso judicial que motivó su encarcelamiento.
Este acto fue condenado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se manifestó por asilar al expresidente pero sólo consiguió traer a México a su esposa e hijos.
Desde que tomó posesión Pedro Castillo, López Obrador había advertido sobre una campaña por parte de lo que llamó "la oligarquía de Perú" para desestabilizar y derrocar al gobierno del maestro indígena.
Tras la destitución de Castillo, el mandatario mexicano consideró que Dina Boluarte debería llamar a nuevas elecciones dado el alto rechazo de la sociedad peruana al Congreso y detener cualquier proceso judicial contra Castillo.
Para lograr este hecho, López Obrador llamó al liderazgo de diversos países sudaméricanos como Argentina y Brasil y aunque se sumaron a la condena por el arresto de Pedro Castillo, sus peticiones para liberarlo y permitirle salir del país no prosperaron.
El activismo de México para la reinstauración del orden constitucional en Perú fue tomado como un acto de intromisión a tal grado que el embajador de México, Pablo Monroy, fue declarado persona non grata y expulsado del país.
La misma suerte la corrió López Obrador este año, pues tras diversos comentarios respecto a la política de Boluarte le costaron que el Congreso también lo declarara persona non grata.