Alejandra Ibarra, periodista y autora del libro Causa de muerte: cuestionar al poder. Acoso y asesinato de periodistas en México, expuso, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, la indagación que hizo sobre los casos de periodistas asesinados en diferentes estados de la República.
Y planteó que los indicios muchas veces llevan a personajes locales poderosos, enojados por ser expuestos, en publicaciones que no necesariamente se considerarían periodismo de alto riesgo, que se refiere a investigaciones del crimen organizado, sino más ampliamente a denuncias en ámbitos diferentes, desde baches hasta condiciones injustas de trabajo.
"Son reportajes que no se detienen en decir: las escuelas están todavía a medio construir, sino que dicen: las escuelas están a medio construir y no es justo", explicó Alejandra Ibarra en entrevista con Ciro Gómez Leyva.
La mayoría de los periodistas asesinados de diferentes estados de la República, señaló Ibarra, trataban temas locales y sufrían abusos de poder en sus localidades. Incluso la última publicación de uno de ellos refería a un bache en el Estado de México.
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Impunidad impide comprobar hipótesis
Debido a que en el 90 por ciento de los casos de violencia contra periodistas no se llega a la verdad, Alejandra Ibarra explicó que tiene varias hipótesis sin comprobar sobre el cómo ocurre la violencia en contra de periodistas, sin que pueda tener un dictamen. Asimismo, remarcó que más dificilmente todavía se llega a los autores intelectuales de los atentados.
"Se llega a arrestar a quienes jalan el gatillo, pero a la persona o grupo de personas que ordenó el homicidio o el ataque es rarísimo que se lleve a la justicia y es rarísimo que se muestren los porqués", comentó.
En su libro, Ibarra intentó explicar en qué momentos los periodistas eran más vulnerables ante el poder y mostrar estos patrones; es decir qué variables se juntan al momento de que la violencia letal en contra de periodistas ocurre.
Señaló que los asesinatos ocurren en momentos en que el poder político o económico atraviesa por un proceso de inestabilidad, que abarca desde periodos de reelección, disputas por liderazgo en el crimen hasta definición de candidaturas.
Para Ibarra, hace periodismo quien toma su celular y muestra en su perfil de Facebook lo que pasa en su comunidad, hasta Javier Valdés que fundó su propio semanario y que era corresponsal en La Jornada, o Samir Flores, quien además de ser periodista era activista.
Consideró que los periodistas son una especie de "canarios de la mina" en la sociedad, en tanto que los periodistas son los que pueden alzar la voz en sus comunidades y si los llegan a matar, ya nadie se atreve a hablar otra vez. De la misma forma que por muchos años en las minas se mandaba primero a un canario para que se adentrara y ver si se asfixiaba o no, y de esa forma saber si los mineros podían entrar.
Alejandra Ibarra refirió casos, como las amenazas a Héctor de Mauleón y Azucena Uresti o el atentado en contra de Ciro Gómez Leyva, que muestran que la Ciudad de México dejó de ser hace mucho una burbuja de seguridad para periodistas; sin embargo resaltó que las diferencias continúan con los actos violentos cometidos en otros estados del país.
"Hay que seguir empujando por un Estado de Derecho donde se investiguen estos casos y se llegue a la verdad. Pero sí creo que hay conservar este trabajo, no hay que perderlo de vista, tampoco hay que romantizarlo, hay que conocer el trabajo de los periodistas asesinados, y sí creo que hay que seguir documentando", comentó Alejandra Ibarra, quien señaló que aunque no toda la información se dé a conocer inmediatamente, hay que recabarla para poder alzar la voz y realizar cambios.
México se ubica como el segundo lugar en asesinatos a periodistas en el mundo en 2022, de acuerdo con el último informe de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).
De los 68 asesinatos registrados en el 2022, 12 se cometieron en Ucrania, 11 ocurrieron en México, 7 en Haití, 5 en Pakistán, y 4 y 4 en Colombia y Filipinas respectivamente.