La senadora hidalguense Xóchitl Gálvez presume su origen otomí, un dato que en el último año se ha convertido en una de las herramientas más útiles para su campaña en busca de la candidatura presidencial del Frente Amplio por México de cara a las elecciones de 2024.
Pero esa información es un arma de doble filo. En un país racista que se niega a aceptar la prevalencia de la discriminación, las raíces indígenas son motivo de discriminación para 1 de cada 8 personas indígenas, según la última Encuesta Nacional de Discriminación; ello mientras 8.1 por ciento de la población se reconoce como indígena y 7 de cada 10 viven en situación de pobreza y pobreza extrema.
Víctimas de la exclusión, las personas indígenas aparecen como un estandarte para fines electorales en la campaña de Gálvez donde cada punto cuenta.
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Y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya lo advirtió. Por ello, desde la semana pasada comenzó su marea de ataques en contra de la aspirante presidencial de oposición. Apenas este lunes adelantó que a pesar de que el Frente Amplio por México se planteó un método de encuestas y una elección primaria, según él, el magnate Claudio X. González ya realizó una consulta entre empresarios y entre ellos decidieron desde ya que la aspirante presidencial de la oposición en 2024 será Xóchitl Gálvez.
¿Dónde está el pueblo indígena en que nació Xóchitl Gálvez?
Según dice la propia senadora y confirma la página oficial del pueblo, Xóchitl Gálvez nació en la localidad de Tepatepec, cabecera del municipio de Francisco I. Madero, en la zona del Valle del Mezquital, en el centro del estado de Hidalgo.
De esta localidad, a unos 120 kilómetros de la CDMX, es oriunda también Nuvia Mayorga, quien encabezó la Comisión para el Desarrollo de Pueblos Indígenas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El municipio hasta ahora no ha sido gobernado por Morena ni tampoco por una mujer, y sólo ha tenido alternancia entre presidentes municipales del PRI, PRD, Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y Partido Nueva Alianza, actual instituto al poder.
Al censo de 2020, el municipio entero tenía unos 36 mil habitantes, de los cuales, acorde con el censo de 2010, apenas menos de 800 hablaban una lengua indígena, mayoritariamente otomí. Unas 11 mil personas se concentran en la cabecera municipal.
En febrero pasado, la hermana de Xóchitl, Eréndira, recibió un reconocimiento del gobierno municipal por su labor en la promoción y conservación de las culturas y lenguas indígenas en la entidad.
Entre los atractivos que hay en la localidad están el monumento al Campesino, así como un santuario dedicado a la Santa Muerte; además de que presumen como su mayor representación gastronómica las típicas gorditas de la localidad.