El párroco de Guachohi, en la Tarahumara de Chihuahua, Enrique Urzúa, acusó que después de que la parroquia de la que está a cargo fue completamente baleada y Claudio, un miembro de su comunidad, fue asesinado, personas pertenecientes a los poblados de Santa Anita, El Rosario y Nacahi han sido desplazadas.
"Con lágrimas en los ojos y su voz quebrada me han dicho: padre, no tengo palabras para expresar tanto dolor, nos han lastimado, han destruido nuestros pueblos, nuestras casa, padre, nuestros animales se van a morir de hambre, ¿cuándo podremos regresar a nuestras casas", refirió el sacerdote Enrique Urzúa en un comunicado.
Se desata balacera en la Tarahumara, a un año del asesinato de los jesuitas
A pocos días de que se cumpla el primer aniversario del asesinato de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, Chihuahua, se reportó una balacera afuera de la iglesia de la comunidad de Santa Anita, en el municipio de Guachochi, además de que se abandonó el cuerpo de una persona decapitada y dos automóviles incendiados.
En el lugar fueron asegurados más de 500 casquillos percutidos de grueso calibre, muchos de los cuales impactaron contra la fachada del templo católico.
Después de estos eventos, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional, de la agencia Estatal de Investigaciones y de la Secretaría de seguridad pública del Estado de Chihuahua se desplegaron en la zona.
La reportera de Grupo Fórmula, Mar Almeyda, señaló que vecinos de la comunidad prefieren no dar declaraciones por temor a posibles represalias.
El párroco Enrique Urzúa pidió a los responsables que dejen las armas y a las autoridades civiles que: "hagan su trabajo, nos sentimos solos. Sentimos que no hay quien esté con nosotros, quien nos acompañe y nos proteja. Hoy estas comunidades: Santa Anita, El Rosado y Nacachi, están desoladas, los mestizos que tienen un vehículo han podido desplazarse; pero nuestros hermanos indígenas, no y no pueden salir por víveres, tienen miedo", reveló.
Asimismo, pidió la presencia permanente del Estado en la zonda de la Sierra Tarahumara para que los desplazados puedan regresar a sus hogares.
Luego del asesinato en la Sierra Tarahumara en junio de 2022 de los jesuitas Joaquín y Javier, y de un jugador de beisbol, Paul Osvaldo, y un guía de turistas, Pedro Palma, el presunto responsable, 'El Chueco', líder criminal de esa zona y quien era buscado ya por las autoridades mexicanas al menos desde 2019, fue encontrado muerto, sin que hubiera para las víctimas verdad y justicia.