Abigail, Sandra, Mayra, Carlos, Arturo, David, Juan y Jesús, los ocho empleados de un call center que desaparecieron en Jalisco, fueron encontrados sin vida semanas después de desconocer su paradero. Todos se perdieron en Zapopan, uno de los cinco municipios más violentos del estado, en una Zona Roja que por años ha concentrado desapariciones, homicidios y secuestros en este estado.
El pasado 2 de junio, la Fiscalía General del Estado dio a conocer que se hallaron 45 bolsas de restos humanos que coincidieron de manera preliminar con las personas desaparecidas, mientras que días después se confirmó que se trataba de ellos.
Mientras tanto las protestas continuaron y la línea de investigación, según Rosa Icela Rodríguez, secretaria de la Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), es que la empresa donde trabajaban los jóvenes estaba vinculada a fraudes inmobiliarios y extorsiones.
La Zona Roja de Jalisco: no sólo es Zapopan
Hasta ahora se desconoce si las y los jóvenes fueron sustraídos por el crimen organizado. Sus desapariciones son sólo ocho de las 13 mil 224 registradas en Jalisco desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, de diciembre de 2018 a abril de 2023, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
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La crisis de violencia convirtió a Jalisco en el segundo estado con más desapariciones, concentradas en la zona metropolitana de Guadalajara, integrada por esa localidad y sus municipios vecinos, a los que el gobierno promueve visitar por ser considerados atractivos turísticos:
“En Tonalá podrás encontrar el mercado de artesanías más grande del país; El Parián de Tlaquepaque te ofrecerá lo mejor del folklore jalisciense; la Basílica de Zapopan dará cobijo a todos los fieles que lleguen a ella; Cajititlán en Tlajomulco te maravillará con sus atardeceres y Guadalajara te deslumbrará con su arquitectura”, se lee en la página oficial del gobierno.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP), esos cinco municipios registraron más de 67 por ciento de las desapariciones estatales en lo que va del sexenio.
Además de tener el 60 por ciento de los homicidios y el 71 por ciento de los delitos que implican privación ilegal de la libertad como son el rapto y el secuestro.
Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, San Pedro Tlaquepaque y Tonalá, los municipios que integran la Zona Metropolitana de Guadalajara, albergan los índices de violencia más altos, seguidos de El Salto, Lagos de Moreno y Puerto Vallarta que entre año y año se disputan el sexto lugar de estas listas. Estos cinco municipios, en cambio, son además los más poblados de todo el estado, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Jalisco, al asedio del crimen organizado
Para nadie es ajeno que uno de los cárteles que más se ha extendido por México lleva el nombre de este estado y, aunque nació como una célula delictiva en Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), tiene uno de sus bastiones más importantes en esa entidad.
Sin embargo, dentro de sus fronteras, por lo menos seis grupos del crimen organizado se han mantenido activos durante este sexenio. De acuerdo con la base de datos Con Copia Oculta, entre 2018 y 2020, el CJNG, La Nueva Plaza, Los Beltrán Leyva y el Grupo Especial Calavera estuvieron implicados en eventos violentos adjudicados al crimen organizado.
Durante esos años se registraron cerca de 2 mil 459 eventos de esta naturaleza, de los que 539 fueron en Guadalajara, 413 en Tlaquepaque, 303 en Tlajomulco, 298 en Zapopan y 209 en Tonalá, por mencionar sólo los cinco municipios con más casos.
Sin embargo, Presencia Criminal en México, una plataforma hecha por Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) identificó también a otros grupos del crimen organizado como Los Cuinis y Los Guerreros en Jalisco.
En medio de este contexto, ocho jóvenes que trabajaban en un call center desaparecieron sin dejar rastro, y fueron encontrados en 45 bolsas con restos encontradas en Zapopan. Ellos son apenas un reflejo de las miles de personas que no han sobrevivido a la violencia desmedida que Jalisco vive todos los días.