Nacional

CINE FEMINISTA

‘Huesera’: el horror que confronta la maternidad impuesta, el tabú y el “deber ser”

"'Huesera' es una gran lección. Hubo personas que dijeron que estábamos locas, que no tenía sentido esta película", comparte Michelle Garza sobre su ópera prima que ya ha recibido más de 30 galardones.

Huesera, de Michelle Garza Cervera, ha recibido más de 30 galardones nacionales e internacionales. Créditos: Rocío Martínez
Escrito en NACIONAL el

“‘Huesera’ me cambió radicalmente, me hizo entender a mi familia desde otra perspectiva y pensar en mi madre y mi abuela como seres completos con silencios e identidades que tuvieron que callarse o quizá esconder”, responde a Radio Fórmula la directora mexicana Michelle Garza Cervera sobre su ópera prima proyectada en la Biblioteca de México

Haciendo eco, la guionista Abia Castillo añade: "Ahora la entiendo más, a mi madre, como una persona con un presente y un pasado, y quizá también, con un montón de frustraciones". 

¿Quién eres? ¿Qué sientes? ¿Qué es lo que deseas? ¿Eres feliz? ¿Quieres ser madre? ¿Estás aterrada? Garza Cervera rompe toda etiqueta y se sale del cuadro romántico desde el cual se retrata y se dialoga normativamente sobre la maternidad para abordarla desde otra realidad que desnuda, confronta, y te quiebra para, eventualmente, re-armarte. 

Una realidad que atraviesa a muchas mujeres, pero de la cual poco se habla porque no está permitido, no tiene cabida en esta sociedad para la que la maternidad es como hablar solo de un algodón de azúcar que tiene que disfrutarse de principio a fin. Y ahí es donde irrumpe “Huesera”, que desde las sombras truena y rompe los huesos del “status quo” y a partir de ahí conforma un nuevo cuerpo, un nuevo ser más real, sensible, consciente y, posiblemente, fuera del "deber ser".

Huesera, Valeria y el terror del tabú

La directora -nuevo talento del cine mexicano- emprende un viaje con la guionista, a quien conoció en un autobús rumbo a Acapulco, y juntas incursionan, de manera muy acertada, en el cine de horror para profundizar en esa oscuridad escalofriante por la que muchas personas atraviesan o atravesamos, con el fin de exponer los tabúes en torno a la maternidad, la identidad, los roles sociales, la comunidad LGBT+, la familia y la presión social.

“El cine de horror es una gran herramienta para desentrañar esos tabúes, para sacarlos a la luz, para hablar de ellos de una manera más efectiva. Se encarga de encontrar todo lo que está en el clóset y que nos genera pánico”, coinciden las mentes detrás de Huesera. “Eso es lo generoso del cine de horror, te permite con sonidos e imágenes dar validez a las emociones”. 

Valeria es esta mujer protagonista, clase media media-baja, de cabello y música punk en el pasado que ahora vive con el hombre de clase social más privilegiada y forman un hogar feliz y estable (al menos en apariencia) muy al estilo citadino de la generación millenial mientras buscan en el presente dar el siguiente paso: tener un bebé. 

“Pareciera que él es lo correcto: el hombre que te va a hacer feliz" y que es palomeado por tu familia, refiere la guionista. .

 "Cómo a veces los deseos se pueden confundir, cómo de pronto no sabes quién eres a partir de todas las presiones externas”.

El monstruo que desentierra la verdad 

Tras confirmar su embarazo, Valeria se ve envuelta en una espiral terrorífica al ser asediada por una energía sobrenatural y siniestra que le roba el sueño y el aliento y literalmente le rompe los huesos. El mayor miedo: el que trastoca la supuesta plenitud de su vida y su deseo de ser madre, así como los cambios durante el embarazo y su propia sexualidad que había evadido, su matrimonio y su hogar mientras la incertidumbre, el agobio, la inseguridad y la ansiedad la atrapan en una telaraña cada vez más grande en una atmósfera de suspenso aterrador.

“Ella empieza a ahondar en sí misma, a descubrirse, a explorar estas cosas que tenemos en el interior, y que no queremos ver porque siempre implican un proceso doloroso, pero llega este monstruo a enseñártelas para ver esa otra verdad”, dice Castillo.

“Tal vez esto que me dijeron no es para mí, a este personaje este papel que le han vendido no le satisface, y me parece algo muy difícil el poder llegar a decir 'yo no estoy de acuerdo con esto'".

Realismo mágico y sororidad

El minucioso guion de “Huesera” se desenvuelve, además, en una cotidianidad que retrata el cómo es habitar la Ciudad de México desde diferentes geografías, privilegios, carencias y pensamientos.

Y es en estas coordenadas en donde Garza y Castillo tejen también a partir del alma de la leyenda originaria del norte del país, en la que una anciana recolecta huesos en el desierto para juntarlos y crear un nuevo esqueleto, este pensamiento de realismo mágico tan característico de México, la brujería, las ancestras y el misticismo que terminan por encarnar esa sororidad que acuerpa a las mujeres y que en el plano real se convierte en la figura que sí le cree a Valeria y la sostiene.  

“Nos parecía muy acertado retar ese status quo con el cine de horror: feminismo y disidencias, los círculos más amorosos que están ahí para abrazarla en esa aparente oscuridad, que para el personaje (eventualmente) representará más libertad”, formula la cineasta.

En el ocaso del diálogo entre libros en el centro de la Ciudad de México, la guionista dijo que entre las muchas cosas que 'Huesera' le mostró es que pudo confirmar que se puede hacer cine “entre amigas y eso me llenó de mucha fuerza”. 

“En mi caso sí siento que soy otra persona. Me enseñó a sostener mi pasión, mantenerme firme y paciente porque hubo personas que dijeron que estábamos locas, que no tenía sentido esta película”, confiesa Garza. “Huesera ha sido la mejor escuela que he tenido”.

'Huesera' ha recibido más de 30 galardones nacionales e internacionales entre los que destacan: Premio a Mejor Dirección Revelación y a Mejor Película Iberoamericana en Sitges, Festival de Cine Fantástico de Cataluña; Premio a Mejor Director de Nuevas Narrativas y Premio Norah Ephron en el Tribeca Film Festival, siendo participante también en festivales de Lima, Corea o Toronto.