Neurocirujanos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), lograron reiterarle a una niña de tres años un absceso cerebral en el Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”.
De acuerdo con el Instituto, la niña de origen queretana se ha recuperado satisfactoriamente y recobrado la movilidad del lado izquierdo del cuerpo, que había perdido debido a la lesión, demostrando la capacidad y dedicación de los médicos.
Interés en salvar la vida
El director general del ISSSTE, Pedro Zenteno Santaella, dijo que este ejemplo es una muestra de la entrega y dedicación de las y los profesionales de la salud, quienes ponen pericia, eficiencia e interés humano en salvar la vida a la derechohabiencia.
Según el testimonio de su madre, la profesora Adela Martínez, reportó que el 29 de marzo la menor presentaba fiebre, náusea, dolor de cabeza y vómito, por lo que la sospecha inicial y tratamiento fue de una infección gastrointestinal, el dolor aumentó y no había recuperación hasta que se presentó la inflamación cerebral.
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El neurocirujano adscrito al nosocomio y encargado de encabezar la operación, Cuauhtémoc Gil Ortiz-Mejía, informó que la madre de la paciente, profesora Adela Martínez Trejo, relató que la niña tomó la decisión de remitirla a su clínica al Hospital General de Querétaro y posteriormente al CMN “20 de Noviembre”, por sospecha de tumor cerebral maligno.
“La niña ingresó a este Centro Médico Nacional el primero de abril. Hicimos una tomografía simple y contrastada, donde observamos una lesión cerebral en el lado derecho del lóbulo frontal que explica la pérdida de fuerza y disminución de la movilidad que presentaba en el hemicuerpo del lado izquierdo”, explicó el experto.
Lesión extensa
Los neurólogos detectaron que la lesión cerebral era muy extensa, medía en su eje mayor cinco centímetros, cuatro de altitud y cuatro de grosor, por ello el miércoles 5 de abril se sometió al procedimiento quirúrgico debidamente planeado para su retiro.
Tras realizar los estudios correspondientes se concluyó que era un absceso infeccioso y no un tumor maligno, lo cual disminuía el riesgo para la paciente: “delimitamos muy bien el abordaje quirúrgico para no lesionar el área motora comprimida. Con jeringas grandes extrajimos gran cantidad de líquido purulento de la lesión y conforme fuimos aspirándolo, el cerebro se fue descomprimiendo y recuperando su latido y presión normal”.
Finalmente, los neurocirujanos retiraron la cápsula que contenía el líquido, con lo cual se evitó que el absceso pudiera volver a formarse, ahora la niña ya fue dada de alta para continuar su rehabilitación en casa y mantener su monitoreo y atención en la consulta externa.