La Comisión Federal de Electricidad (CFE) operará 13 plantas eléctricas que la empresa Iberdrola vendió como parte de “un acuerdo histórico” con el que la dependencia concentrará el 55.5 por ciento de la generación de energía a nivel nacional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) calificó la adquisición como una “nueva nacionalización” para México. Sin embargo, este acuerdo no representa una acción de este tipo; más bien, se trata de una compra-venta entre el país y una de las grandes empresas energéticas de España.
“No es una nacionalización”, señaló Maricarmen Cortés, conductora de Fórmula Financiera. “(Lo sería) si hubiera aplicado una expropiación de toda la industria eléctrica, como hizo López Mateos, y aquí es un acuerdo entre una empresa y un fondo”.
Tal cual, la adquisición de las plantas de Iberdrola no representan una nacionalización de la industria eléctrica, pues, para ser considerado como tal, sería necesario que el gobierno de López Obrador obtuviera para México la apropiación de los medios de producción en el sector energético en su totalidad, como lo señala el estudio “La nacionalización de las industrias petrolera y eléctrica”.
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La integración de estas 13 plantas implica que la CFE se convertirá en empresa mayoritaria de generación de energía, cuya compra costará casi 6 mil millones de dólares al Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin), creado el 7 de febrero de 2008, durante el sexenio de Felipe Calderón.
¿Qué implica la nacionalización de la industria eléctrica?
En la década de los 60, el entonces presidente Adolfo López Mateos sí nacionalizó la industria eléctrica a través de la compra de acciones de las empresas que controlaban el sector como Mexican Light and Power Company, Ltd., e Impulsora de Empresas Eléctrica.
Además de adicionar el párrafo sexto en el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde quedó asentado que: “la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica” estaba bajo el control de la Nación.
En otras palabras, el Estado se convirtió en el único ente capaz de “producir energía eléctrica, conducirla, transformarla, distribuirla y abastecerla”, como señala el investigador José Ovalle Favel. Todo “como un servicio que atiende necesidades de carácter general, para fines domésticos, industriales, comerciales o de servicios”
Sin embargo, la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica otorga también permisos de autoabastecimiento y cogeneración de energía a personas físicas o morales para satisfacer necesidades particulares, y permisos de producción independiente para aquellas empresas que generan energía con fines de venta a la propia CFE.
Iberdrola se encuentra activa en México con algunos de estos permisos, aunque en julio de 2022 fue multada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) por comercializar energía en Nuevo León. Una sanción que ascendió a 9 mil 145 millones de pesos.
¿AMLO nacionalizó, o no, la energía eléctrica?
López Obrador destacó en su mensaje que la compra de Iberdrola se realizó en “beneficio del pueblo de México” y pese a algunas diferencias entre la empresa y el gobierno.
De acuerdo con los abogados Antonio Cañadas y Miguel Aparicio, la nacionalización de un sector es “un acto impersonal”, ya que se realiza a un sector en general, independientemente de las empresas, dueños o activos que lo conformen.
En este caso, la compra de las plantas se realizó únicamente con Iberdrola y no con todas las empresas que generan energía con permisos en México. Incluso, la capacidad instalada que adquirirá el gobierno no representa el total de las plantas que la empresa tiene en el país.
Al comunicar la noticia, Iberdrola detalló que la mayoría de las plantas adquiridas por México se encontraban bajo el régimen de producción independiente y estaban contratados por la CFE, es decir, ya vendían energía a la dependencia gubernamental.
Tal es el caso de la infraestructura en Monterrey I y II, Altamira III y IV, Altamira V, Escobedo, La Laguna, Tamazunchale I, Baja California, Topolobampo II y Topolobampo III y el activo eólico de La Venta III.
Por otro lado, las plantas Monterrey III y IV, Tamazunchale II y Enertek operaban hasta ahora bajo un régimen privado para la empresa.
Finalmente, la adquisición del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a Iberdrola se convierte en una compra que incrementará la operación de la CFE en el territorio nacional, más que ser propiamente una "nacionalización del sector".