El fácil acceso a drogas por parte de niñas y niños está directamente asociado con la desigualdad y los riesgos de acceder a prácticas criminales, lo que se refleja en que hasta una de cada tres personas privadas de la libertad hayan consumido sustancias enervantes antes de los 12 años.
Según el informe "Exposición a la violencia en la infancia y adolescencia de personas privadas de la libertad" de la organización Reinserta, enfocada en la atención de este sector de la población, hasta 33 por ciento de las internas en una cárcel del país dijeron haber consumido la droga conocida como piedra entre los 3 y los 11 años.
Además, la marihuana apareció como la segunda droga que más habían probado los infantes de entre 3 y 11 años, pues 1 de cada 5 dijo haberla consumido.
"En el norte del país, los niños mencionan haber consumido drogas un poco más grandes, te estoy hablando de 11 o 12 años a diferencia de 8 años en el sur del país, no de la mayoría de edad. En el norte del país el primer contacto con las drogas es la familia; en el sur del país, no, es afuera de la familia", expuso Saskia Niño de Rivera, cofundadora de Reinserta.
Agregó que según la información que recibieron en el estudio, 9 de cada 10 personas que están privadas de la libertad dicen que su primer recuerdo de cualquier contacto con la delincuencia fue antes de los 6 años de edad.
Los datos se vuelven más preocupante si se considera que de las personas privadas de la libertad, cuando eran niñas y niños con hasta 6 años, 11 por ciento dijo haber probado la piedra en ese rango de edad y 10 por ciento la marihuana.
Otras sustancias a las que dijeron tener acceso las personas antes de los 6 años fueron heroína, tabaco, tranquilizantes, con rangos de 4 a 6 por ciento de los casos; así como thinner, chochos, cocaína y resistol o activo, con proporciones de 2 por ciento o menos.
Sin embargo, el consumo de drogas en los primeros años de vida se incrementa drásticamente en mujeres, pues según el estudio, 34 por ciento probó la marihuana antes de los 7 años, mientras que 25 por ciento lo hizo con el tabaco en ese mismo rango de edad.
De acuerdo con testimonios de las personas privadas de la libertad, el consumo de drogas y la adicción a las mismas es una de las razones por las que incurrieron en alguna práctica delictiva.
"El dinero nos cambia. Cuando empecé a robar y a ganar dinero, en vez de comprarme una bicicleta, preferí comprarme 1 kilogramo de marihuana y cocaína porque era lo que me sacaba de la realidad, con lo que sentía el levantón", cita el informe como testimonio de Diego, un interno de 39 años.
En el país, alrededor de 250 mil personas están privadas de la libertad en los centros penitenciarios del país, de acuerdo con Saskia Niño de Rivera.
El estudio "Exposición a la violencia en la infancia y adolescencia de personas privadas de la libertad" se realizó con la participación de 5 mil 559 personas en centros penitenciarios de 14 entidades del país.