Hace 33 años, en pleno crecimiento de los Cárteles de Sinaloa y de Guadalajara, supuestamente un Arellano Félix 'se robó' a una reina de belleza.
La reina del Carnaval Internacional de Mazatlán de 1990, Rocío del Carmen Lizárraga, desapareció poco antes de que se llevara a cabo la fiesta del lugar.
De acuerdo con el columnista de Ríodoce Ernesto Hernández Norzagaray, Rocío del Carmen Lizárraga había sido elegida como la reina de belleza de Mazatlán y se esperaba su participación central en el evento. Sin embargo, antes de que éste se celebrara, Rocío del Carmen desapareció.
Todos la buscaban, su madre y su padre, los organizadores, los mismos asistentes al carnaval, los policías, incluso el obispo exigió que la joven fuera devuelta, cuenta Ernesto Hernández.
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El novio de Rocío era miembro de la familia Coppel, una de las más importantes de Sinaloa, situación por la que el caso ganó más atención.
Según Hernández Norzagaray, finalmente llegó una foto de Rocío con Francisco Arellano Félix, muy contentos, en un bar de Tijuana. Para ese momento, Francisco regenteaba la discoteca Franky Oh! en Mazatlán y era conocido que se familia se dedicaba al narcotráfico.
Se temió que la joven no se hubiera ido por su propia cuenta, sino que hubiera sido secuestrada. Luego se dio a conocer que Rocío se había casado con Francisco en Guadalajara y además se publicó en la prensa un comunicado en el que ella supuestamente habló bien de él.
Según la anécdota del columnista, después de todo esto decidieron habilitar como reina del Carnaval a Libia Zulema, descendiente de una familia de reinas de belleza.
De acuerdo con el semanario Zeta, el abogado Martín Medina informó que Rocío del Carmen Lizárraga Lizárraga, cónyuge de Francisco Arellano Félix, promovió un juicio sucesorio testamentario luego de la muerte de su marido.