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VIOLENCIA DE GÉNERO

“Estoy recogiendo los sueños que mi agresor me quiso arrebatar”: María Elena Ríos

"Los ataques con ácido son la muestra más fiel del borrado de una mujer", declara Ríos y agrega que "así como el patriarcado es un maldito monstruo, si nos vamos a medir, nosotras somos un monstruo más grande".

María Elena Ríos, saxofonista y activista oaxaqueña..Créditos: Cortesía
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“Cuando mi papá prendió ese televisor del hospital en 2019 y vi que yo aparecía en todos los canales, pero sostenida por todas ustedes, ahí conocí la sororidad y el movimiento feminista llegó a mí”, relata la activista y saxofonista María Elena Ríos para Radio Fórmula.

El día de hoy, de pie y con saxofón en mano y paliacate morado, Malena -como también es conocida- está “recogiendo los sueños” que su agresor le quiso arrebatar.

“Y mi sueño siempre fue titularme de la UNAM como saxofonista y eso voy a hacer”. 

 

Ríos, sobreviviente de un intento de feminicidio, fue agredida con ácido en septiembre de 2019. Tres años y medio después, el exdiputado priista Juan Antonio Vera Carrizal, señalado como autor intelectual del crimen, sigue sin recibir sentencia, y al contrario, estuvo a punto de obtener prisión domiciliaria.

La voz de Ríos consiguió frenar temporalmente esta medida, aunque la impugnación que solicitó contra este arraigo aún no es resuelta por el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.

Pero su determinación, rabia, esperanza y fe han hecho de su lucha un estandarte del movimiento feminista en México, y en días recientes, la activista logró que el juez Teódulo Pacheco, quien otorgó un amparo a Vera Carrizal, fuera separado de su caso.

Mientras que la Cámara de Diputados aprobó en lo general una reforma que castiga los ataques de este tipo con hasta 15 años de cárcel. Y previamente, ganó la audiencia en la que el delito por el que fue acusado el también empresario ya no puede ser reclasificado a lesiones. “Es feminicidio”, se concluyó.

Y es que Ríos sostiene que detrás de ese saxofón y ese activismo imparable, están todas las compañeras. “Hablo en su representación porque creo que me ha tocado vivir todos los tipos de violencias que no siempre hablamos por miedo, cansancio y el costo espiritual, emocional y económico”.


“Ley Malena” frente a jueces que revictimizan

Puebla se convirtió en el primer estado del país en aprobar la “Ley Malena” en contra de la violencia química al tipificar como feminicidio los ataques que se cometen con estas sustancias. El castigo: 40 años de cárcel.

“Estos ataques son la muestra más fiel del borrado de una mujer, y lleva dos directrices: borrarte de la realidad y de la vida convirtiéndote en un cadáver, o borrarte la identidad”, sostiene la oaxaqueña. “El fondo de estas violencias es que México es un país casi o enteramente racista, clasista y machista”.

La iniciativa, que se viene trabajando desde octubre para Ciudad de México, surge con la joven diputada Marcela Fuentes. “Me uno a su invitación y comparto todo lo que siento que debería considerarse”, dice Ríos, por ejemplo “el problema es que las leyes siguen siendo interpretativas y cuando los jueces interpretan, revictimizan, así que traté de quitar todas esas lagunas de acuerdo con lo vivido”.

La activista destaca que se busca la garantía de la reparación del daño a las víctimas: “claro que necesitamos dinero porque nuestros tratamientos, que van desde las cirugías reconstructivas hasta la salud mental son muy caros”.

Se exige también una respuesta punitiva de 30 años, transparencia en el registro de todas las víctimas y que se amplíe la tipificación a una variedad de químicos, no sólo el ácido. A enero de 2023, de acuerdo con Ríos, se tenía un registro de 40 casos en México. 

La premeditación de estas agresiones es la belleza: “son la muestra máxima del mensaje ‘si no eres mía, no vas a ser de nadie’”, afirma Ríos, por lo que la finalidad del proyecto es que llegue hasta la federación y que pueda ser readaptable para todos los estados. 

“Ley Malena” abre su buzón de sugerencias durante este mes. El cierre tiene lugar en abril y posteriormente iniciará la discusión en Diputados.

“Ya entendí que la política se hace desde aquí afuera”.

 

"La única opción que tengo es luchar"

Frente a un Estado totalmente corrompido y un sistema diseñado para cansar a las víctimas, como lo advierte la oaxaqueña, “la única opción que tengo si quiero sobrevivir es luchar porque inmersa en este proceso legal constantemente veo mi vida amenazada ”, declara.

La saxofonista relata que en muchos momentos de su lucha, su actuar se ha dado por la inercia a sobrevivir “y sin querer te conviertes en defensora de los derechos de todas”.

Sorprendida por el camino que ha logrado abrir, Ríos se muestra agradecida y recuerda las palabras de sus padres: “'aunque ahorita no te sientes bien por esta situación, estás aprendiendo y qué sabes tú si esto le puede servir a una compañera más'”.

"Esto es una forma de ver con fe y esperanza el proceso, pero también aprenderlo con dignidad".

 

 

Y de esta manera invita a levantar la voz porque “es mediante las denuncias que se empieza a erosionar esa tierra en la que se enraiza una sociedad moribunda, y se evidencia el privilegio, el nepotismo, el crimen, la violación y el extractivismo”. 

“El Estado es totalmente oídos sordos y hasta que no sienten el zarandeo social potente del movimiento feminista que hace temblar y pensar... Hasta que no sienten esa presión, no hacen las cosas”, manifiesta Ríos.

 

La saxofonista concluye que la pandemia dejó más unión y deconstrucción entre las mujeres:

“Así como el patriarcado, la misoginia y el machismo son un maldito monstruo, si nos vamos a medir, nosotras somos un monstruo más grande… Es cuestión de que el resto de las compañeras despierte y se atreva a romper ese miedo”.