Una fotógrafa mexicana miró por el lente de un microscopio las cenizas de su padre. Dos semanas antes había fallecido y en medio del duelo sintió la necesidad de mirar aquello que le quedaba de su ser querido. Sin esperarlo, fragmentos brillantes en forma de galaxias aparecieron ante sus ojos, un inesperado regalo de la ciencia.
Ese microcosmo en los restos de su padre la inspiró. "Necesitaba probarme algo a mí misma", dijo Gabriela Reyes Fuchs a Banff Centre for Arts and Creativity. Por lo que decidió pedir permiso a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para utilizar uno de los microscopios especializados con los que cuenta.
Pese a que muchos le dijeron que solo vería blanco, negro y gris, la joven insistió y uno de los doctores de la universidad puso una muestra de cenizas bajo el lente. "El doctor estaba con la mirada fija y cuando finalmente me llamó, me dijo: 'ven a ver'", relató.
El poder del universo en las cenizas
Nadie esperaba ver una serie de colores vibrantes entre el polvo gris, pero la imagen cambió para siempre el mundo de Gabriela, quien no podía creer que entre los restos se vería una especie de galaxia.
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Su padre era un cirujano especializado en la columna. "Era una persona muy enigmática y las más ética que he conocido", recordó.
Aunque tiene un tiempo sin su padre, la joven fotógrafa siempre fue cercana a él y considera que la imagen en su cenizas "es una demostración de ese amor infinito" que se tenían como familia.
Seis días antes de su muerte, Gabriela Reyes se enteró que su papá había sido diagnosticado con leucemia. Regresó de Oregon, Estados Unidos, a México para acompañarlo. "Él no sufrió", dijo. "Fue muy rápido y fue muy difícil de entender ".
A partir del descubrimiento de lo que podía ver en las cenizas de su padre, la fotógrafa comenzó a trabajar en un proyecto llamado "Dead Soon", donde utiliza grabaciones y fotos de las cenizas que guardan el microcosmos de su familia.