Los sismos en la zona centro del país, particularmente en los estados de Puebla, Morelos y Tlaxcala, son comunes y por estar en una zona de amplias cuencas sedimentarias suelen ser más intensos, o tener un movimiento más violento, que la fuerza con la que las placas tectónicas chocan.
"Estudios han demostrado que, cuando un temblor incide en una cuenca sedimentaria, se generan nuevas ondas superficiales debido a las propiedades elásticas de los materiales", señaló un estudio de la UNAM de 2016.
En México, hay cuatro placas tectónicas que interactuan: la Placa de Rivera, la Placa del Pacífico, la Placa de Cocos, la Placa de Caribe y la Placa de Norteamérica.
De acuerdo con la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), para la entidad, el contexto sísmico es de relevancia debido a que la placa de Cocos se encuentra por debajo de la placa Norteamericana y por ello se tienden a generar temblores significativos en dichos estados.
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Esta tarde, en el municipio de Chiautla, un sismo de intensidad 5.7 grados sacudió la región y fue perceptible en la Ciudad de México con una intensidad moderada.
Cabe señalar, que hace 6 años, el 19 de septiembre de 2017, un sismo de 7.1 grados de intensidad, también se originó en esta región poblana y que causó uno de las mayores tragedias desde el terremoto de 1985.
¿Por qué tiembla en Puebla?
Según investigadores del Servicio Sismológico Nacional (SSN), los temblores que se originan en Puebla, Morelos o Tlaxcala, provienen de una “fuente de intraplaca”.
Es decir, cuando estas placas interactuan a una profundidad intermedia, generan estos movimientos pues su profundidad es mayor a los 50 kilómetros y con ello propician un mecanismo de ruptura de fallamiento normal que los efectos se ven reflejados en una tensión de las placas.
En el caso del sismo de esta tarde, la profundidad a la que se registró fue de 10 kilómetros, de acuerdo con el SSN, lo que provocó que su intensidad fuera de una percepción mayor.