Karina Contreras, dueña de la pollería de Toluca en la que laboraban los 4 trabajadores secuestrados, detalló que no le han pedido rescate, ni a ella ni a sus familiares, y desconocen su paradero. Los secuestradores tampoco han intentado establecer algún tipo de contacto desde que fueron plagiados.
Además, comentó "Por la Mañana" que Eliseo Escobar Ramírez, Isidoro Díaz Casimiro, Jaime Ramos Reyes y Rigoberto Colin Consuelo se encontraban en la pollería con otras cinco personas el día que fueron privados de su libertad.
"Ellos fueron las 4 personas que se llevaron. El viernes llegaron a trabajar normal, como todas las noches, más o menos como a las 5:15 de la madrugada fue cuando estas personas entran y se los llevan por la fuerza. Son trabajadores, personas que iban a desempeñar su función para llevar dinero a sus familias. Entonces no tienen nada que ver, su único delito fue haberse levantado a trabajar para llevar dinero a sus familias", añadió.
Karina Contreras sostuvo que ya tenían bastante tiempo con amenazas de extorsión y no es la primera vez que son víctimas de un atentado, pero las autoridades del Estado de México no les han dado ninguna respuesta pese a que sí han presentado denuncias.
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Asimismo, dijo que no es la única comerciante que se enfrenta a las amenazas y ataques del crimen organizado, ya que taxistas, carnicerías, vendedores de huevo y otros comerciantes están pasando por la misma situación. Aunque varios no han denunciado por miedo.
"No sólo es con los que vendemos pollos, ya es con todos. Son muchas personas a las que han levantado, secuestrado, que se han llevado por la fuerza y a muchas las han regresado con la condición del pago de derecho de piso", expuso.
Karina Contreras consideró que lo único que les queda es seguir con la exigencia para que los cuatro trabajadores sean liberados y no descansar hasta que haya justicia. La comerciante aseguró que las autoridades saben quién está detrás del secuestro, pero no han querido actuar.
Por otra parte, señaló que siguen laborando de manera normal tras el secuestro, debido a que la Fiscalía General del Estado de México no quiso brindarles protección.