La controversia entorno a la renuncia del ministro Arturo Zaldívar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para unirse a la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum Pado sigue dando de que hablar.
Y es que, en redes sociales afloran los cuestionamientos sobre si el ministro mantuvo conversaciones con la morenista antes de entregar su renuncia al cargo al presidente Andrés Manuel López Obrador o si lo hizo después de hacerlo público.
El pasado 7 de noviembre, Zaldívar Lelo de Larrea entregó su dimisión al mandatario federal hacia las 9:17 de mañana y lo hizo público en sus redes sociales a las 13:38 de la tarde donde afirmó que se sumaría a la "transformación del país".
Unas horas después, es decir, a las 15:52 horas, fue la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la que informó que había sostenido un encuentro con el aún ministro donde pactaron integrar sus trabajos.
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La crítica surgió debido a que Sheinbaum vestía un saco verde y blusa blanca, mismo atuendo que usó el lunes en una reunión sindical y con Zaldívar aun con funciones plenas en la SCJN.
Cuestinado al respecto, Arturo Zaldívar afirmó que esta crítica es muy tonta pues consideró que antes de tomar una decisión de este tamaño era obvio que debía reunirse en varias ocasiones con la abanderada morenista.
"Me parece una crítica muy tonta, es como si la fotografía tuviera que haber sido tomada el mismo día que sube el tuit. Lo importante es cuándo se sube el tuit.
"Obviamente para tomar una decisión como la que tomé me tuve que haber reunido muchas veces con Claudia con quien además tengo una relación muy cercana, muy afable, muy cordial. Entonces cómo estaba vestida, de todas las críticas que me hicieron ayer, esa es la más tonta", sostuvo el ministro en entrevista con Ciro Gómez Leyva.
Tras esta decisión, diversos especialistas y constitucionalistas afirmaron que la renuncia de Arturo Zaldívar podría constituir una violación a la Constitución pues los motivos del ministro no establecen una causa grave para dejar su cargo.
Sin embargo, Zaldívar explicó que la "gravedad" no tiene un fundamento fatalista, sino lo que a consideración del ministro que renuncia a su cargo considera como una premisa de severidad, por lo que su dimisión no cae en una falta a la carta magna.