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NARCO EN MÉXICO

Mujeres en el narco: las reclutan a través de parejas, familia y drogas, según informe

Del total de integrantes activos del crimen organizado, Crisis Group estimó que hasta un 8 por ciento son mujeres tanto en puestos de subordinación como de liderazgo.

El crimen organizado recluta cada vez más mujeres, según Crisis GroupCréditos: Grupo Fórmula / Cuartoscuro
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La participación de las mujeres en el crimen organizado existe desde hace décadas. Sin embargo, en los últimos años son cada vez más las que pasan de “ser objetivos de la violencia a perpetrarla”, informó la organización Crisis Group en su más reciente informe. 

A través de la investigación “Compañeras en el crimen: el ascenso de las mujeres en los grupos ilegales en México” se reveló que entre 2017 y 2021 el número de mujeres acusadas en México por delitos relacionados por el crimen organizado incrementaron de 5.4 a 7.5 por ciento del total de delitos de esta naturaleza en ambos sexos.

Aunque la expansión de los grupos se encuentra entre las causas, lo cierto es que existen varios motivos por los que las mujeres incursionan en estas organizaciones. Entre ellos, obtener protección que el Estado no les brinda o como una estrategia de supervivencia en entornos de violencia desmedida. 

“Cualesquiera que sean las causas precisas que llevan a las mujeres hacia la delincuencia, la creciente prominencia de las mujeres en empresas ilegales podría tener enormes repercusiones en la sociedad mexicana”, advirtió Crisis Group.

La organización estima que hasta un 8 por ciento de los integrantes activos en el crimen organizado son mujeres y ocupan posiciones tanto de subordinación como de mando en los cárteles de droga. 

Así recluta el narco a las mujeres

A través de entrevistas con decenas de mujeres acusadas de ser parte del crimen organizado, Crisis Group identificó varias vías por las que ellas entran en las estructuras del narco: las parejas y conexiones con el tráfico de drogas son las principales.

“Estos caminos no son excluyentes y a menudo se refuerzan mutuamente, empujando a las mujeres y a sus hijos a la órbita de los grupos criminales que dominan los barrios donde viven”, puntualizó el informe. 

En el caso de las parejas románticas, las mujeres entraron en el crimen gracias a la persona con las que salían. Muchas de ellas incluso llegaron a ocupar sus cargos más altos, mientras otras acompañaban en la venta o distribución de drogas, cobro de dinero, robo de automóviles o incluso el patrullaje de ciertas zonas. 

Los académicos consideran que dentro de la lógica criminal las cabecillas ayudan a las posibles reclutas a “racionalizar las actividades ilegales y violentas como aceptables”. 

Otra de las rutas es el consumo de drogas, lo que vuelve, tanto a mujeres como hombres, presas fáciles para el crimen. Las organizaciones criminales enganchan a jóvenes de escasos recursos y que consumen sustancias a través de ingresos estables, poder y estatus. 

Finalmente, el informe señala que algunas mujeres entran al crimen organizado a través de lazos familiares, ya sea integradas por un familiar que las incluye en la estructura o que las infancias sean reclutadas para castigar a su madres o para ayudarlas a sobrevivir. 

Las mujeres en el narco

Las mujeres consultadas refirieron haber entrado jóvenes a las organizaciones criminales, donde, según Crisis Group, es en la trata de personas y el lavado de dinero que tienen mayor participación. 

Sin embargo, el informe destacó los cinco puestos donde más operan las mujeres: “ladronas de autos, gerentes de farmacias (tenderas), supervisoras (checadoras), sicarias (sicarias), líderes de células criminales (jefas de grupo) y – en raras ocasiones - tenientes que dirigen la logística del secuestro, la extorsión y el tráfico de migrantes”. 

De las 70 mujeres que participaron en esta investigación desde cárceles y centros de rehabilitación, el 66 por ciento tenían al menos un hijo y ganaban menos del salario mínimo antes ser parte de las organizaciones e ir a la cárcel. 

“El 13 por ciento habían quedado huérfanas cuando eran niñas y casi una de cada cinco informó haber sido víctima de violencia física, sexual y/o abuso emocional por parte de un familiar durante la niñez”, señalaron. 

Las historias son variadas, pero cada vez más mujeres se integran al crimen organizado. Crisis Group advirtió que este reclutamiento sistemático deriva en cárteles no sólo más fuertes, sino más arraigados a las comunidades donde operan.