Han pasado 8 días desde que el huracán "Otis" y las experiencias sobre lo que significó su embate en las diversas zonas de Acapulco no paran. Tal es el caso del reportero Juan Sebastían Solís, quien narró cómo fue el impacto del meteoro en la casa donde vive en el puerto.
El pasado martes 17 de octubre, "Otis" ingresó a las costas de Guerrero como un huracán categoría 5, tan sólo 12 horas después de haberse dectactado como una tormenta tropical, y descargó vientos sobre Acapulco de más de 260 kilómetros por hora.
Ante el desconcierto, la luz se fue hacia las 10:45 de la noche dejando a los acapulqueños en la oscuridad e incertidumbre, sólo a la merced de este fenómeno natural que airado, se enzañó con el paraíso mexicano, contó Solís a Joaquín López Dóriga en Grupo Fórmula.
"Tengo evidencia de cómo entró ese demonio, si puedo llamarle así, buscaba cualquier lugar para entrar, estaba por todos lados. Empezaron a sonar ruidos porque se fue la luz a las 10:45 de la noche, a esa hora la cortaron, pero de repente empezó a escucharse el aire, el ruido, cristales en medio de la oscuridad que comenzaron a romperse uno por uno", comentó.
Sin embargo, se sinceró el comunicador, la fe y el deseo de saber que su familia estaba allá afuera también luchando contra "Otis" fueron los motivos que lo hicieron aferrarse a la vida y clamar porque el impacto del huracán terminara cuanto antes.
No obstante, las secuelas emocionales también son un factor con el que ahora tendrán que lidear los acapulqueños, pues la devastación y la lucha por obtener agua y algo de alimento ahora acapara su atención.
"Estas dolencias, estos temores, todo esto como que está archivado, anestesiado, lo que busca ahorita uno es sobrevivir, buscar agua, alimentos, medicinas, son de las necesidades grandes y en medio de esta tragedia los amigos son un tesoro y están volcados a ayudar", sostuvo.
"Regresa uno descorazonado por tanta destrucción en las calles, postes tirados, árboles, pero le doy gracias a Dios de que todavía estoy vivo y estoy luchando, pero hay gente que no tiene agua, falta atención médica, y seguridad porque a todos nos atemoriza la oscuridad que asola a Acapulco".
Aunque aun no se contabilizan la totalidad de daños que generó "Otis", de momento las autoridades federales y estatales han contabilizado a 47 muertos.