En torno al caso de los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno desde el pasado 11 de agosto, la Fiscalía de Jalisco ha detenido a un par de personas ligadas con el caso y uno de ellos laboró en las llamadas ladrilleras, hornos que utilizan los cárteles del narcotráfico para eliminar los restos de sus víctimas y éstas no puedan ser identificadas.
En días recientes, la Fiscalía jaliscience también capturó a un par de hermanos, identificados como Enhau 'N' y Emanuel 'N', quienes ya fueron vinculados a proceso bajo el cargo de desaparición de personas, ya que ambos cometieron atrocidades en estos sitios irregulares que son construidos por el crimen organizado en la zona de Los Altos.
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Las ladrilleras donde el narco crema a sus víctimas
La búsqueda de los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno llevó a agentes de la Fiscalía a un predio ubicado en el cruce de Sabino y Camino Real de Zacatecas, el pasado 21 de agosto, donde se hallaron machetes, armas punzocortantes y hasta una motosierra, aparte de restos óseos, ya que dicha ladrillera era ocupada como crematorio.
De acuerdo con una investigación del semanario Zeta, en la zona de Los Altos, grupos delictivos como el Cártel de Sinaloa coacciona a las y los trabajadores de las ladrilleras para desaparecer los restos de sus victimas en los hornos. Incluso se ha identificado una célula delictiva conocida como el Cártel de Teocaltiche, liderada por los hermanos Mario y Ramón González Martínez, dedicada a este ilícito.
Las ladrilleras que usa el crimen organizado son sitios donde se elaboran dicho material de construcción de manera artesanal: las personas remojan las tierras (con o sin estiércol) para luego usar moldes, los dejan secar y, posteriormente, son llevados a un horno para el proceso conocido como quemado y cocción.
En lo que se refiere a los hornos, a nivel nacional: el 72 por ciento son considerados como 'tradicionales fijos', el 22 por ciento son de campana (más comunes en proceso industriales) y el 0.5 son MK2 (o ecológicos), de acuerdo con un proyecto realizado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) en 2016.
Estas microempresas fabrican de 5 mil a 20 mil ladrillos al mes; el 92 por ciento de las personas que se dedicaban a la elaboración artesanal de ladrillos percibían un salario menor a los 6 mil 240 pesos mensuales durante 2016. El reporte del INECC apunta a que la mayoría de estas personas viven en pobreza.
El colectivo Luz de Esperanza tiene registros de que el crimen organizado emplea estas ladrilleras en la región de los Altos de Jalisco, sobre todo en municipios como Encarnación de Díaz, Lagos de Moreno y Teocaltiche. Aparte de que acusaron la presencia de dos campos donde cuentan con personas privadas de su libertad.
Los activista del colectivo Luz de Esperanza afirman que el uso de las ladrilleras por parte de los cárteles es conocido por las autoridades locales desde hace dos años, esto en declaraciones ofrecidas al semanario Zeta. "En los hornos es donde se encargan de desaparecer a las personas. Ahí los quemas y por eso no los encuentran", dijo uno de los trabajadores a tal medio.
A causa de que el narcotráfico usa ladrilleras para desaparecer los rastros de sus víctimas, las autoridades de Jalisco catalogan los restos como personas fallecidas sin identificar (PFSI). Dicho estado cuenta con 14 mil 904 personas desaparecidas y no localizadas, esto entre 1962 y 2023, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).