A seis días del impacto del huracán “Otis”, el saldo del desastre natural ascendió a más de 40 personas muertas y alrededor de 21 mil viviendas afectadas, informó Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero este 30 de octubre. Sin embargo, las secuelas aún afectan a los guerrerenses, quienes, además, viven escasez de agua, víveres y saqueos a los negocios con los que buscan mantenerse a flote.
El periodista Marco Silva narró en entrevista con Ciro Gómez Leyva el panorama actual que vive un Acapulco destruido, donde miles de personas, hoteles y negocios recibieron en primera fila al huracán “Otis” como categoría 5.
“La lógica es la misma 87 por ciento de la población afectada”, dijo en su segmento del programa “Por la Mañana”. “Las afectaciones pueden ser de primerísimo orden o pueden ser secundarias, al final la vida fue trastocada”.
Señaló que, en los últimos días, la ayuda comenzó a llegar con más agilidad a la zona de Acapulco. Sin embargo, las afectaciones siguen presentándose claramente para quienes viven en la zona.
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“Me preguntaban qué donar: Agua. Los anaqueles de agua y de los botellones están vacíos en estos supers que les dicen ‘Hipers’ o que les dicen ‘Megas”, señaló.
Acapulco después de “Otis"
La comunicación de Acapulco con el resto del país se perdió al llegar el huracán. Silva señaló que las autoridades reportan un 60-66 por ciento de reactivación de la energía eléctrica, aunque por las noches la oscuridad es latente en varias zonas, pese al gran esfuerzo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“No hay ni una sola estación radiofónica que la radio del vehículo jale porque ninguna estación está transmitiendo”, señaló. “La zona de comerciantes está llena de fogatas, barreras, autodefensas, diques para que las personas que tienen malas intenciones (no pasen) porque Acapulco de noche ya no es convaleciente, de noche, Acapulco es la incertidumbre otra vez, el miedo otra vez y la pregunta es:¿Dónde está la autoridad?”.
Marco Silva señaló que se requiere mayor presencia de las autoridades. Esto, pese a que ya se han implementado plantas potabilizadoras, atención médica y otros servicios en general. Hoy en día, la población acapulqueña debe defender sus pertenencias para sobrevivir. Por otro lado, en los centros comerciales y tiendas de la zona, los dueños han tenido que mantener abiertos sus negocios para evitar saqueos.
Explicó que muchos supermercado ya han abierto ante la llegada de energía eléctrica, sin embargo, son los mismos dueños y dependientes quienes tienen que cuidar el negocio.
“Para que no haya saqueos yo me tengo que dormir en mi negocio y no hay mejor forma de defender un negocio del saqueo si no es teniéndolo abierto”, recalcó.
Aunque el apoyo ha llegado poco a poco, la necesaria reconstrucción de Acapulco tardará en reactivar uno de los puertos turísticos más importantes de México.