El Centro de Readaptación Social (Cereso) 3 de Ciudad Juárez inició el 2023 en el ojo del huracán. Luego de un motín que derivó en el asesinato de 17 personas y la fuga de una treintena de internos, entre ellos Ernesto Piñón de la Cruz, "El Neto", señalado por las autoridades como líder de "los Mexicles", salieron a flote decenas de irregularidades de esa prisión, pero que son comunes en otros centros penitenciarios del país.
Sin embargo, hace casi 7 años, la historia de esta prisión era distinta. En febrero de 2016, fue la última parada de la visita que realizó el papa Francisco a México, donde dirigió un mensaje de reconciliación a los internos y un llamado de atención a las autoridades para poner atención en la política penitenciaria.
"En la capacidad que tenga una sociedad de incluir a sus pobres, a sus enfermos o a sus presos, está la posibilidad de que ellos puedan sanar sus heridas y ser constructores de una buena convivencia", afirmó entonces en su mensaje a los alrededor de 3 mil 200 internos del Cereso 3.
Saskia Niño de Rivera, cofundadora de la asociación Reinserta, que atiende a poblaciones vulnerables en contacto con las cárceles del país, considera ese año como un hito en el cambio de la política penitenciaria en Chihuahua.
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En el gobierno estatal que terminó en 2016, encabezado por César Duarte, las autoridades estatales implementaron una política penitenciaria que buscó en los primeros dos años trasladar a los presos por delitos federales a penales de esa instancia, como presumió el mandatario en su segundo informe de gobierno.
Luego en 2014, la Asociación Estadounidense de Correccionales (ACA en inglés) completó la auditoría del Cereso 3 y acreditó que cumplía con la totalidad de los lineamientos de estándares internacionales obligatorios y no obligatorios para centros penitenciarios. Distinción que le valió incluso ser sede de la visita del papa dos años más tarde.
"El proceso de auditoría de la ACA, auspiciado por la Iniciativa Mérida, tiene como objetivo mejorar el profesionalismo y efectividad de los oficiales del sistema penitenciario mexicano. (...) A la fecha, los centros de detención acreditados por la ACA han experimentado una reducción significativa en los índices de asesinatos y motines, y no se han registrado escapes", informó entonces la Embajada de EU en México.
Ello a pesar de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) identificó que al menos entre 2013 y 2015 en ese penal había condiciones de autogobierno o cogobierno, es decir, fuera del control de las autoridades formales o bien en colusión con estas.
El abogado Roberto Gil Zuarth recordó que ese penal de Ciudad Juárez fue incluso durante mucho tiempo un modelo de una política penitenciaria moderna con visión humana.
"De hecho, cuando se discutió la Ley de Ejecución Penal, que regula el trato penitenciario, fue uno de los referentes para establecer cómo debería funcionar la reinserción social de nuestro país. Tuvo certificaciones internacionales, financiamiento de instancias internacionales. ¿Qué pasó entre 2016 y 2022? Ese penal se echó a perder y está en una situación de autogobierno", comentó.
Niño de Rivera fijó un punto en la historia que marcó el final de esa época de esplendor de esa cárcel: la llegada de Javier Corral (septiembre de 2016), cuando se perdió el rumbo en la política penitenciaria.
"Cuando entró Corral, se perdió un poco como el interés, el tema de la gobernabilidad en los penales es la constancia y la dignificación y la certificación de los custodios y la dignificación del trato administrativo, de las instalaciones, la mano dura. Es momento de no soltar, y sueltas, pues es donde la delincuencia organizada ve un área de oportunidad de volver a entrar" explicó.
Los conflictos en el Cereso 3 de Ciudad Juárez
La afirmación de la fundadora de Reinserta coincide con un cese en los motines y hechos violentos que se han registrado en el Cereso 3.
Según un recuento del periodista Humberto Padgett, en diciembre de 2005 se registró un evento violento en el penal de Ciudad Juárez, con un saldo de 7 personas muertas y 20 lesionadas. Al año siguiente hubo un nuevo incidente, este con un saldo de 9 muertos y 18 heridos.
Más tarde, en marzo de 2009 se dio otro motín que dejó 20 muertos en que el grupo criminal los Aztecas, entonces cercanos al cártel de Juárez, atacaron a los grupos de los Mexicles y los Artistas Asesinos, identificados entonces como cercanos al cártel de Sinaloa.
Dos años después, otro motín de más de 6 horas ocurrió en julio de 2011, con un saldo de 17 muertos y más de un centenar de heridos.
Los eventos violentos mayores relacionados con el penal cesaron por un largo periodo. Fue hasta noviembre de 2019 cuando tras una revisión al interior del penal, se desató la violencia afuera, en Ciudad Juárez, lo que desató varias jornadas de violencia con un saldo de hasta 26 personas fallecidas y 37 vehículos incendiados.
Tras ello, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chihuahua manifestó en un informe la raíz del problema que se vive hasta ahora: los grupos criminales mantienen el control del Cereso 3 de Ciudad Juárez.
Apenas la mañana de este miércoles, en entrevista para "Por la Mañana" en Grupo Fórmula, el fiscal de Chihuahua, Roberto Javier Fierro, reconoció que para las autoridades "no resulta sencillo" erradicar los privilegios y el poder que tienen los grupos criminales al interior del penal.
"No es tan sencillo decir 'vamos a quitar lo que ya estaba' por las situaciones de lo que pudiera pasar en la ciudad, como lo vimos en meses anteriores o en actividades que se generaron cuando queríamos meter orden", señaló.
El martes se informó la destitución del director del penal, Alejandro Alvarado Téllez, quien ahora forma parte de la investigación por el motín del domingo, en que se encontraron 10 celdas VIP donde los internos gozaban de lujos como bebidas alcohólicas, pantallas y hasta un jacuzzi.
Al ser cuestionado sobre cómo ocurrió esto, el fiscal Fierro no pudo dar una explicación contundente y sólo apeló al pasado y sus antecesores como copartícipes de la responsabilidad de la tragedia de este domingo.
La batalla por el poder en el Cereso de Ciudad Juárez
De acuerdo con el periodista Humberto Padgett, la disputa por el poder y el control se da entre distintos grupos criminales que anteriormente eran aliados de cárteles más grande. Por un lado, los Mexicles, que a decir del propio fiscal Fierro, son un grupo mayoritario al interior del penal; por otro, están los Aztecas.
Pero ahora también los Mexicles participan en una disputa territorial con sus antiguos aliados en esa ciudad fronteriza: el cártel de Sinaloa.
"Es un dato de cómo se están oponiendo al cártel de Sinaloa, del que se deprendieron desde hace años. Hay datos de que se está caldeando con el cártel Jalisco Nueva Generación, que se está buscando una ruta por el centro de la frontera evitando a los 'norestes' por el Golfo de México y a Sinaloa por el occidente.
"Buscan entrar por Juárez, al centro de EU, con las cosas que estamos viendo que le incautaron a 'Neto': fentanilo", explicó el martes el periodista Humberto Padgett en "Por la Mañana".
A ello se suma el crecimiento de su población. Cerca de 700 internos más que en 2016 reflejan la saturación de una prisión con capacidad de apenas 2 mil personas. Y que, según el propio fiscal estatal, ni con el desahogo de 191 internos enviados a penales federales de 5 entidades del país, se resuelve.
"Son 70 custodios para 4 mil internos en 14 torres que vigilar. Me estaban comentando que cada uno de los internos se moviliza 14 veces al día. Son 70 persona por turno vigilando el movimiento de este penal, no tienen tecnología", lamentó Héctor de Mauleón en entrevista para "Atando Cabos".
A ello se suma que según él, había disponibles unas 100 vacantes para laborar en ese y los otros 9 penales del sistema penitenciario de Chihuahua.
"Esto es visto como una sentencia de muerte por algo que viene de muy atrás: es el centro de poder de los cárteles. Muchas de las cosas que ocurren en las calles de Juárez, y que son de todo el país, son determinadas en los ceresos", lamentó.
Según Saskia Niño de Rivera, la incidencia de delitos de alto impacto disminuye como reflejo de un mayor control de los ceresos. En Ciudad Juárez, esto parece tener una relación: la incidencia de homicidios dolosos bajó notoriamente entre 2015 y 2017, cerca del periodo señalado en que hubo mayor control en el penal.
Luego de hilar 4 años con más de 1 millar de casos, e incluso con 1 mil 800 en 2013, entre 2015 y 2017 las carpetas de investigación por ese delito se redujeron a casi la mitad o menos. Pero en 2018 terminó este periodo de contención y se dispararon nuevamente por encima de mil casos.
Algo similar pasó con la caída en las carpetas de investigación por robo de vehículos, que a partir de 2015 cayeron a alrededor de 2 mil casos contra los entre 10 y 20 mil que se registraron en los primeros años de la década pasada. Y aunque este delito no ha vuelto a esos niveles desde entonces, sí tuvo un ligero incremento hacia los 2 mil 600 casos reportados en 2021.
"Al final, lo que se orquesta en los penales es el control que tienes de la seguridad interna y externa. Fíjate lo que pasó en agosto, fue un rumor de que iban a trasladar al famoso 'Neto' y tuvo la capacidad, estando en prisión, de movilizar ese día. Una tragedia absoluta en Ciudad Juárez".
"Yo ya había hablado directamente con la gobernadora (Maru Campos) para decir la importancia de cerrar el Cereso 3. Porque se tiene que cerrar, no tiene las condiciones ni la infraestructura. Está muy descuidado para seguir este fungiendo como cárcel. Tiene sobrepoblación, ausencia de custodios y capacitación, el tema de mantenimiento, de seguridad, de cámaras", concluyó Niño de Rivera.