Son menos de diez, según las estimaciones más recientes, los ejemplares de vaquita marina que habitan todavía el Alto Golfo de California, en México. La Secretaría de Marina (Semar) y la ONG Sea Shepherd están recogiendo los frutos de casi una década de colaboración para proteger la especie y dicen que "está funcionando".
Sea Shepherd Conservation Society estrenó esta semana su nuevo barco Seahorse en la Operación Milagro -que se encuentra en su edición IX- para proteger a la vaquita marina.
En la Operación Milagro, Sea Shepherd y la Armada de México protegen la Zona de Tolerancia Cero (ZTC) del refugio de la vaquita, en la que trabajan conjuntamente para que no haya redes que atrapen a este mamífero, el más amenazado del mundo.
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Las artes de pesca atrapan también a las totoabas, un pez cuyo buche es comprado por sumas exorbitantes, ya que se le atribuyen diversas propiedades en la medicina tradicional china.
La totoaba no se puede comercializar, pero todavía persisten quienes tratan de hacerlo y con esto perjudican a la vaquita, que puede quedarse atrapada en las redes, al igual que otras especies como tortugas, delfines y tiburones.
El enredo en las mallas de pesca es la mayor amenaza documentada para la supervivencia de la especie.
Y precisamente el trabajo conjunto para retirar redes está funcionando, aseguraron.
"Tenemos los mismos intereses: que siga viviendo la vaquita marina, lo más importante sin redes", dijo en una entrevista con EFE el capitán Octavio Carranza, director de operaciones de Sea Shepherd.
Mientras que Pritam Singh, presidente de Sea Shepherd, dijo a EFE que ya fueron retiradas un 70 por ciento de las redes. "Pero nuestro objetivo es el 100 por ciento", añadió.
"La cosa con la vaquita es que tenga un lugar donde vivir, establecido para ellas, donde históricamente han estado. (...) En esta área hay un peligro: las redes en el agua", explicó.
Singh detalló que el avance en los últimos años ha sido disminuir el número de redes que se pierden en el mar. Esto, dirigiendo los esfuerzos a prevenir que los pescadores las suelten y estas se muevan hasta la ZTC.
Tecnología de punta
Y en la labor de vigilancia el Seahorse tendrá una gran relevancia, pues tiene tecnología de punta diseñada específicamente para esta función.
El Seahorse tiene el sonar más avanzado en el mercado de barcos.
Este sonar está en comunicación con el radar y con el resto de sistemas del barco, incluidas seis cámaras que pueden ver todo lo que sucede en la zona, y toda esta información se la envían a la Semar para que la Armada se encargue de proteger a la vaquita.
Además, la Semar realiza controles por tierra, en el mar e incluso desde el cielo, y también realizan labor de conciencia con los pescadores.
"Una de las principales formas de resolver la situación que se presenta es involucrando a los que tienen que ver con esa problemática", expuso el contraalmirante José Carlos Tinaco, comandante del sector naval de San Felipe.
"El sector pesquero del Alto Golfo de California -y específicamente el de San Felipe- ha puesto todo su esfuerzo y ha colaborado tomando las medidas necesarias para no entrar en áreas de tolerancia cero", agregó.
Asimismo, dijo, trabajan con ellos para que entiendan que dejar de pescar en la ZTC beneficia a todo el ecosistema por lo que la pesca mejora.
México tiene la obligación, según el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), de proteger a la vaquita marina.
En los últimos meses, Estados Unidos ha estado exigiendo mayor progreso en la aplicación de las leyes ambientales relacionadas con la pesca de México, esto en referencia a las prácticas pesqueras mexicanas que ponen en peligro a la vaquita marina y a otras especies, según el país vecino.