Desde hace algunos meses el rostro de personajes de la política como Arturo Zaldívar, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard ha inundado TikTok como parte de un acercamiento a la ciudadanía o tal vez… ¿a los votantes?
La presencia de figuras políticas haciendo trends, editando reels y conviviendo con la gente en redes sociales se ha popularizado en los últimos años. Lo cierto es que existe opacidad y hasta algo de propaganda política en la creación de algunos tipos de contenido, según abogados expertos en derecho electoral.
Hasta la fecha, México no cuenta con una legislación clara sobre el uso político de las redes sociales. Casos como la contratación de influencers por parte del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y las acusaciones contra Mariana Rodríguez, creadora de contenido y esposa del actual gobernador de Nuevo León, Samuel García, han puesto la discusión al rojo vivo.
Difusión o acercamiento al electorado en redes sociales
“Lo que determina si pueden ser considerados propaganda electoral o un acto anticipado en el contenido, es que haya este llamado al voto o una profunda intención de promover su nombre”, señaló el director de Laboratorio Electoral, Arturo Espinosa.
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En todo caso, estas actividades lejos de tiempos de campaña se acercan más a la propaganda política que a la electoral. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación define este tipo de promoción como aquella orientada a “crear, transformar o confirmar opiniones a favor de ideas y creencias, así como estimular determinadas conductas políticas” y no como tal con fines de voto.
Tanto Espinosa como el abogado electoral José Antonio Aguilar Martínez coinciden en que cada contenido debe ser analizado individualmente para definir si se trata o no de propaganda electoral, tomando en cuenta el día de publicación, el discurso que se maneja y si llama o no al voto.
“Ellos en su calidad de servidores públicos podrían también apoyarse de estas redes sociales para difundir otro tipo de mensajes”, aseguró Aguilar. “Aquí es clara la intención de darse a conocer y estar cerca del electorado”.
La simulación: ¿Quién paga las redes de los políticos?
Un día por la mañana, un mexicano puede encontrarse con un TikTok de un político con edición de audio y video. La procedencia de los recursos con los que se pagan esos equipos de trabajo sigue siendo ambigua y, por lo tanto, una simulación para los expertos.
Si bien, las figuras políticas pueden hacer uso de sus redes sociales personales, en México existe una fusión entre la cuenta personal y gubernamental de los servidores públicos, lo que dificulta la transparencia de si los recursos utilizados son públicos o privados.
“Es una línea muy fina, pero creo que en México no hay reglas para el uso de redes sociales de los servidores públicos”, comentó Espinosa al señalar que Estados Unidos es un claro ejemplo de una división digital que no existe en el país.
El expresidente estadounidense Donald Trump utilizaba su cuenta de Twitter @realDonaldTrump para enviar mensajes de odio. Sin embargo, este tipo de publicaciones no podían compartirse desde @POTUS, cuenta oficial del gobierno.
La falta de claridad en estas circunstancias "es una cuestión tan sencilla de decir traes tu celular o los aparatos que te paga el Estado”, recalcó. “Es un nivel de transparencia y rendición de cuentas al que no llegamos. Termina siendo una simulación”.
'Sanciones' y consecuencias de la propaganda en redes
Los contenidos que llegan a ser considerados propaganda electoral carecen de sanciones y regulación específicas, a menos que exista un proceso legal que determine la gravedad y consecuencia de lo sucedido.
“La dinámica social y el avance tecnológico se mueven más rápido que la regulación jurídica”, recalcó el abogado Aguilar
Ante la ausencia de una veda electoral, los personajes políticos pueden sortear los vacíos legales y generar este contenido. “Donde sí puede haber un impacto es de cara a un registro de una candidatura”, explicó el director de Laboratorio Electoral.
“La autoridad podría valorar y decir ‘a ver, solicitan el registro de la candidatura, pero yo advierto que esta persona tiene tantos actos anticipados’”. En otras palabras, se vuelve sólo un obstáculo para el registro en un proceso electoral
Figuras como la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, cuentan con varias denuncias por actos de campaña en plataformas digitales, un espacio donde la población más joven se entretiene e informa todos los días y en donde cada vez más políticos se cuelan para acercarse a los potenciales votantes.