Actualmente, 21 periodistas mexicanas se encuentran en situación de desplazamiento forzado interno y no cuentan con garantías de retorno, ni políticas públicas para retomar sus proyectos periodísticos, de acuerdo con el registro de Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC).
No obstante, Lucía Lagunes Huerta, directora de CIMAC, destacó que no hay datos precisos que revelen la dimensión del desplazamiento de periodistas en el país.
Las periodistas que son desplazadas ven recrudecida la violencia que padecen en los diferentes ámbitos de su vida y sus proyectos periodísticos se ven pausados o suspendidos de manera definitiva.
La falta de información y de políticas públicas que protejan a las periodistas fue una de las razones por las que CIMAC elaboró el informe “Dejar todo: Diagnóstico sobre mujeres periodistas en situación de desplazamiento forzado interno en México y de las obligaciones del Estado en materia de atención, prevención y protección”.
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Lagunes Huerta destacó, durante la presentación del informe, la necesidad de que las instituciones del Estado elaboren una política que contemple la prevención de las agresiones contra periodistas para evitar los desplazamientos y en su elaboración debe participar la sociedad civil.
Ello, debido a que se dieron cuenta que el Estado abandonó a las periodistas desplazadas y a sus familias durante el proceso y no ha garantizado su retorno.
Recomendaciones para resolver la situación de periodistas desplazadas
El informe contiene una serie de recomendaciones para el Estado mexicano que se resumen en 4 ejes de trabajo, de acuerdo con la periodista Raquel Ramírez Salgado.
El primero consiste en mirar a las mujeres periodistas, es decir, colocarlas en el centro para promover sus derechos; tomar en cuenta su condición y situación de género; así como la división sexual del trabajo y que ellas sostienen la vida de sus familias a través del trabajo de cuidados que realizan.
El segundo está enfocado a tomar en consideración el impacto físico y psicosocial que viven las periodistas desplazadas cuando se ven obligadas a abandonar los lugares en los que viven.
Aunado al daño e impactos que se producen en sus familias, principalmente cuando se trata de niños, niñas y adolescentes.
El tercero es proporcionar los requerimientos para una estancia digna en los albergues. Al respecto, Raquel Ramírez señaló la importancia de que se garanticen los recursos necesarios para que puedan operar en condiciones óptimas.
Por último, está el garantizar y elaborar planes de retorno. Ello, debido a que en la mayoría de los casos no hay. Lo que provoca que las periodistas desplazadas no puedan volver a los lugares de los que tuvieron que huir y que permanezcan en esa situación de forma permanente.