Con motivo del fallecimiento de la reina Isabel II este jueves en Reino Unido, el periodista Rafael Cardona recordó con Joaquín López-Dóriga una historia curiosa de un fuerte desencuentro que tuvo con su pareja, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo y consorte de la monarca.
En su relato, el periodista que acompañó la visita en 1973 a México, resaltó que la reina Isabel II, a quien por protocolo nadie puede tocar, caminó por su cuenta en el complicado suelo de esa zona arqueológica.
Sin embargo, esa visita se convirtió en un escenario para exhibir las diferencias que tenía con su pareja. Cuenta Cardona que mientras la monarca caminaba por un sendero empinado y pedregoso, hizo equilibrio para subir. Mientras que el príncipe Felipe tomó otro rumbo.
"En Monte Albán, los arqueólogos que había puesto el gobierno de México para mostrarle las ruinas a la reina la llevaron por un sendero. Y el duque se fue caminando en sentido contrario", narró el periodista en el espacio de Joaquín López-Dóriga en Grupo Fórmula.
"Yo me le pegué al duque ver si le podía sacar alguna declaración, alguna frase, lo que fuera", comentó.
Fue entonces que Isabel II comenzó a llamar a su pareja. "Philip, Philip", se escuchó en voz media; pero el duque no atendió.
"Luego le dijo 'Philip' en un tono mucho más elevado y agudo", recordó Cardona.
El periodista, que estaba junto a la pareja de la reina Isabel II se dijo desconcertado, pues el hombre se mantuvo caminando sin hacer caso a la monarca.
"Y a la tercera vez, yo, imprudente como somos los reporteros, le dije 'oiga, creo que la reina le está hablando'", rememoró.
Ese momento se volvió culminante para Cardona, quien dijo haber reservado ese momento por parecerle una escena indiscreta, por lo que eligió no publicarlo en sus crónicas periodísticas de ese momento.
"Entonces me miró con un profundo, infinito y mayestático desprecio, como un entomólogo que mira a una cucaracha, y me dijo: 'Ya oí, no le haga caso; está loca'. Y siguió caminando", citó.,
Su conclusión fue que esta reacción se dio debido al papel secundario que siempre tuvo Felipe en relación con la reina Isabel II, siempre a su sombra, situación que Cardona calificó como un infierno, "sin ser nadie él en realidad".