La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) utilizó el malware espía Pegasus para intervenir las comunicaciones de diferentes personas implicadas en la noche del 26 de septiembre del 2014 cuando desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa, mismo que años antes se usó para investigar a periodistas y defensores de derechos humanos.
En conferencia de prensa, los cuatro integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) revelaron que el Ejército utilizó este sistema de espionaje israelí que es capaz de entrar en los teléfonos de forma totalmente invisible para el usuario y acceder a todos sus datos, activar la cámara o el micrófono, la geolocalización y leer el contenido de mensajería como WhatsApp.
“El GIEI ha realizado investigaciones que le permiten concluir que sí se hacían interceptaciones a través de medios como el programa Pegasus”, se asegura en el informe del grupo de expertos.
Al respecto, la integrante del GIEI Ángela Buitrago señaló que estas labores de espionaje a través del software Pegasus se realizaron a miembros del grupo criminal Guerreros Unidos, familiares, miembros del Ejército y fuerzas de seguridad.
Te podría interesar
"Ese seguimiento Pegasus significó que Sedena a través de este proceso utilizó este sistema para monitorear los teléfonos de varias personas desde 2014 y en particular septiembre de 2014", detalló la integrante del GIEI.
Es relevante señalar que con la llegada del nuevo gobierno y tras la creación de la Fiscalía General de la República (FGR), la GIEI reinició las investigaciones en el Caso Ayotzinapa, con lo cual se incorporaron nuevas pruebas al expediente como son las intervenciones telefónicas.
En el cuarto informe del GIEI titulado Ayotzinapa IV. Situación actual del caso a los 8 años de los hechos se recalcan las conclusiones más relevantes de su tercer informe y que en este documento se reiteran como el que sin contar con autorización judicial, el Ejército y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) “tenían intervenidas las comunicaciones de actores relevantes en los hechos, incluso cuando estaban ocurriendo”.
Se debe recordar que este sistema de espionaje ya se había utilizado en el país para afectar a defensores del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, a organizaciones de la sociedad civil como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, y al Instituto Mexicano para la Competitividad.
También al Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a los miembros del GIEI, según un reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del 2017.
Al respecto, la ONU publicó recientemente un informe en el que advierte que Pegasus lejos de ser utilizado para investigar a los grupos criminales en beneficio de la ciudadanía, el gobierno lo ha usado contra periodistas y activistas.
“Aunque se dijo que servirían para combatir el terrorismo y el crimen estos programas de espionaje han sido utilizados en varias ocasiones con propósitos ilegítimos, como reprimir voces críticas o contra aquellos que las expresan, como periodistas, opositores políticos o activistas”, expresó.
Es por ello que pidió una moratoria, es decir, una prórroga en la compra y venta de sistemas de espionaje como Pegasus, hasta que existan reglas que regulen su uso para evitar que se violen los derechos humanos.
Finalmente el GIEI determinó que las conversaciones recuperadas de la Sedena permiten afirmar que el Ejército contó en todo momento con informaciones en tiempo real sobre los posibles destinos de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el pasado 26 de septiembre de 2014, ello mediante el sistema de espionaje Pegasus.