Con el aumento de la participación de las Fuerzas Armadas en distintas tareas que deberían estar a cargo de civiles, incluida la seguridad pública, no sólo se abren varios frenes de riesgo para la democracia sino que además ataría de manos al país para dejar la seguridad bajo control de los militares, advirtió Luis Carlos Ugalde, director de la consultora Integralia.
Entrevistado a propósito del reporte "La militarización en México. La consolidación de una política de Estado 2006-2022", el exconsejero electoral resaltó que el discurso maniqueo que se está generando en el Congreso a propósito de la discusión sobre la ampliación de la presencia de los militares en las calles no tiene sustento y puede causar más riesgos a la democracia.
"Si seguimos con esto de que no hay de otra, vamos a estar así los próximos 50 años. Lo que está propiciando López Obrador es atarnos de manos al Ejército como la única vía para tener paz, y ese es un dilema más que falso", advirtió.
Los 3 grandes riesgos de la militarización en México
De acuerdo con Ugalde, hay 3 riesgos que prever con la militarización del país.
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Al respecto, el académico explicó primero que nada que la militarización se refiere al aumento del uso de las fuerzas armadas en labores civiles, como ha ocurrido en la seguridad pública desde 2006; pero también en otros ámbitos, lo que ha implicado también que puedan ejercer más recursos.
"La militarización es la expansión de las funciones del presupuesto y de la presencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad y en otras tareas civiles; este tema empezó desde el gobierno de Calderón y desde entonces lo estamos viendo", dijo.
En ese sentido, los 3 riesgos que identifica son:
- Los gobiernos abandonan su responsabilidad. Para Ugalde, no existe ningún dilema entre la presencia del Ejército en las calles o el triunfo del narco. Por el contrario, las fuerzas armadas pueden cumplir con su deber, pero si las demás instituciones de seguridad y justicia, como las policías y los jueces, no cumplen su labor, las instancias civiles se debilitan y pasan a segundo plano.
"Los civiles pierden influencia y pierden responsabilidad de construir paz. Aquí los gobiernos están abdicando, están tirando toda la responsabilidad a las fuerzas armadas y me parece que ese es el primer tema, la abdicación e irresponsabilidad", comentó.
- Falta de equilibrio y rendición de cuentas. El analista resaltó que las instituciones militares no están acostumbradas a la rendición de cuentas, se rigen por principios de confidencialidad, lo que termina por dejarlas operar con opacidad y como si se tratara de un poder superior a los otros, con lo que además, se convierten en un actor político en sí mismas y no parte subordinada al Poder Ejecutivo.
"En una democracia, no puedes tener una fuerza que esté por encima de las leyes. Si les vas a dar tanto dinero, requieres que te digan cómo lo gastan, en qué, qué hacen bien, qué hacen mal. Eso por definición no lo hacen las Fuerzas Armadas", señaló.
- Corrupción. Para Luis Carlos Ugalde, las organizaciones que administran grandes cantidades de dinero y tienen la opción de ser opacas, como está pasando con las fuerzas militares, se corrompen. Como ejemplo, citó que incluso las iglesias han caído en corrupción.
"Nunca antes en la historia de este país se le ha dado tanto dinero las Fuerzas Armadas y ha rendido pocas cuentas, porque, reitero, la naturaleza del Ejército no rinde cuentas", advirtió.
En ese escenario, lamentó que los legisladores decidieran votar la iniciativa que busca extender la presencia de los militares en las calles en tareas de seguridad pública de 2024 a 2029, mientras la Guardia Nacional cumple con su desarrollo.
"Las Fuerzas Armadas han sido un elemento inevitable para salir al paso, pero ya llevamos con este excepción más de 15 años y López Obrador quiere que esta excepción se vuelva permanente. Ese es el gran problema", concluyó Luis Carlos Ugalde.