La pandemia de COVID-19 provocó impactos significativos en la vida de niñas, niños y adolescentes durante 2021. La educación es uno de los aspectos en los que hubo un deterioro importante, de acuerdo con el último informe anual que presentó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) este 9 de agosto.
El representante de UNICEF en México, Fernando Carrera, estimó que en el país las infancias pudieron perder 2 años de aprendizajes, en tanto que en otros lugares como en África fueron casi 4 años. Ello, debido a que las medidas para contener la emergencia sanitarias que provocaron el cierre de escuelas.
"Es problema y desafío, particularmente, de la población de entre 6 y 12 años", informó el director del Fondo en entrevista con Joaquín López-Dóriga
En este sentido, agregó que varias familias se vieron presionadas por la situación económica, lo que provocó que los menores, principalmente entre los 14 y 18 años, fueran presionados a salir del sistema educativo para buscar trabajos o ingresos para ayudar en casa.
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"Es un fenómeno global. La situación de niños, niña y adolescentes se deterioró significativamente. Por un lado en temas de pobreza y por otro la desestabilidad económica", comentó.
Asimismo, mencionó que el confinamiento provocó que las infancias y mujeres pasaran más tiempo en sus hogares y eso generó el incremento de la violencia familiar. La cual incrementó 5.3 por ciento, de acuerdo con el Informe que incluye cifras del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE) 2021.
No fue sólo la educación, ¿qué otros daños colaterales hubo para las infancias?
El representante de UNICEF en México también advirtió que otros efectos colaterales que detectaron fueron el aumento de la migración del sur al norte del continente; pues los países norteamericanos tuvieron mayor capacidad de resiliencia frente a la pandemia a nivel económico.
"Estados Unidos ha tenido un enorme aumento de empleo. Lo que ha motivado que las personas piensen que es una buena oportunidad para migrar", opinó.
El año pasado se registró una cifra récord en migración y se espera que este año ocurra una situación similar, advirtió.
Carrera resaltó además que, aunque no hubo un porcentaje alto de muertes por COVID-19 en niños, niñas y adolescentes, los factores ya mencionados sí provocaron un "daño colateral significativo que sacrifica su futuro".
¿Qué hacer para combatir esta situación?
Para combatir las problemáticas derivadas del COVID-19 así como del contexto social, es necesario que los tres niveles de gobierno elaboren políticas públicas, opinó Fernando Carrera.
Sin embargo, consideró que es necesario que estas se extiendan a nivel comunitario porque de esa forma todas las personas podrán participar.
En este sentido, mencionó que la mayor parte de la violencia contra niñas, niños y adolescentes, así como contra las mujeres, ocurre en el hogar. Esto a pesar de que existen municipios donde la inseguridad ha aumentado.
Ese es un ejemplo de que las acciones comunitarias son necesarias para disminuir y acabar con la violencia familiar, el rezago en educación y la pobreza que afecta a las infancias. "La solución está más cerca de lo que pensamos", concluyó.