Entre las ciudades mexicanas con mayores tasas de homicidios durante el primer semestre del 2022, y con ello situaciones de violencia, dos están en el estado de Baja California, en la frontera con Estados Unidos: Playas de Rosarito y Tijuana.
El primero, como su nombre lo dice, se relaciona más con un destino turístico, no sólo por residentes de la entidad, también es de interés de estadounidenses por su cercanía con ese país.
Mientras que Tijuana es una ciudad abocada a la manufactura para la exportación y otras actividades binacionales en este territorio.
A pesar de la importancia que mantienen en términos de industria, comercio y turismo, estos dos sitios tuvieron problemas de seguridad y se ubicaron entre los que tienen las tasas de homicidios más altas durante la primera mitad del 2022 entre municipios con más de 100 mil habitantes. Por eso está entre las Ciudades Asesinas en México. Visita el micrositio de este reportaje.
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No es una tendencia exclusiva de este año, ya que al menos desde 2018 una de las dos localidades ha estado entre las ciudades con esta cantidad de población y que tienen las mayores incidencias para este delito.
Eso sí, la violencia en cada una se vive de forma distinta, y en ello tienen que ver las características del día a día en cada una de estas llamadas ciudades asesinas.
La vida en Playas de Rosarito y Tijuana
Tijuana y Playas de Rosarito son municipios colindantes. Están conectados por carreteras con las que incluso se puede llegar a Ensenada, hacia el sur. También tienen algunas localidades contiguas.
A pesar de esa cercanía, se trata también de dos ciudades que guardan algunas diferencias, por ejemplo, el tamaño de la población.
Mientras Playas de Rosarito tiene cerca de 111 mil 500 habitantes de acuerdo con la proyección 2022 del Consejo Nacional de Población (Conapo), Tijuana es uno de los municipios más poblados de México con más de 1 millón 830 mil habitantes.
Además de esa amplia cantidad de población, hay que sumar a las personas que a diario transitan por su territorio por los cruces fronterizos que tiene con Estados Unidos.
Sólo para darnos una idea, en 2021 más de 1 millón 659 mil personas entraron al país por algún punto de ingreso terrestre de Tijuana de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria (UPM). Hablamos de que en promedio, por mes hubo al menos 138 mil ingresos por tierra hacia esta ciudad fronteriza.
No sólo se trata de turistas o personas que por su trabajo visitan esta localidad, también, por ejemplo, hablamos de estadounidenses que cruzan a México y buscan servicios de menor costo, como el llamado turismo médico, o que buscan comprar bienes y llevarlos al otro lado de la frontera.
Por eso, no es de sorprender que nueve de cada 10 empresas en esa ciudad se dedicaban a los sectores de comercio o servicio, de acuerdo con datos del propio ayuntamiento en 2021.
En tanto que en Playas de Rosarito, el 42 por ciento de los empleados dependen de industrias manufactureras, y casi otro 40 por ciento dependen del comercio al por menor y de servicios de alojamiento y preparación de alimentos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El contexto de la seguridad en Playas de Rosarito y Tijuana
Playas de Rosarito es considerado un municipio de fundación reciente, pues fue en 1995 cuando por acuerdo del Congreso del Estado se convirtió en el quinto municipio de Baja California. Antes era parte de Tijuana.
Sin embargo, esa fundación reciente podría explicar en parte la situación de seguridad en la zona debido a la capacidad de atención y respuesta de elementos de seguridad, comentó Roberto Quijano, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Baja California.
“Sus capacidades institucionales, sus policías, han sido deficientes en cuanto a la capacidad de atender no sólo el delito de homicidio, también de narcomenudeo. Ahí descargan embarcaciones, cultivan, y no se tiene la capacidad para atenderlo”, consideró.
Añadió que se trata de un municipio con poca urbanización, por lo que hay colonias o lugares de difícil acceso, incluso para policías.
Sólo durante los primeros 6 meses de este año, Playas de Rosarito alcanzó una tasa de 52.06 homicidios por cada 100 mil habitantes, la quinta ciudad del país en tener la incidencia más alta para este delito. En promedio, en el municipio hubo 1 homicidio cada 3 días.
Sin embargo, se trata de un dato menor a lo que se tuvo en 2019 y 2020; en ese entonces las cifras fueron como tener 1 homicidio cada 2 días y medio.
Para el caso de Tijuana, hablamos de una localidad que tuvo casi 850 homicidios durante el primer semestre del 2022, es decir, un promedio de más de 4 por día. Sin embargo, esto es una tendencia a la baja desde 2018, cuando en el mismo periodo de tiempo hubo más de mil asesinatos.
“A partir del año pasado hubo una gran presencia del Ejército y la Guardia Nacional en dos municipios que son Tijuana y Mexicali, y de alguna manera era ‘natural’ que la delincuencia se fuera a otros municipios”, indicó Roberto Quijano.
A ello, consideró, hay que sumar cambios de administraciones a nivel estatal y local, lo que lleva a modificaciones en los objetivos y estrategias de cada gobierno.
Por ejemplo, durante la administración del morenista Jaime Bonilla, de 2019 a 2021, la Fiscalía General del Estado se fusionó con la Secretaría de Seguridad estatal y la Policía Estatal Preventiva, pero con la actual mandataria Marina del Pilar Ávila, se creó nuevamente de la Secretaría de Seguridad local independiente de la Fiscalía.
El presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del estado explicó que en Tijuana “tradicionalmente” confluyen distintos delitos además de homicidios como situaciones de narcotráfico, tráfico de personas o robo de autos.
Añadió que sobre los homicidios y hallazgo de cuerpos, estos se tienen más identificados hacia la zona este de la ciudad, que es hacia el municipio de Tecate, y en zonas más alejadas de áreas urbanas.
Hay que recordar además, que en esta ciudad es donde fueron asesinados dos de los nueve periodistas en lo que va del año: Margarito Martínez y Lourdes Maldonado.
De acuerdo con el mapa de organizaciones criminales en México del Proyecto de Recursos sobre Violencia en el país, en el estado de Baja California se tenía detectada hasta 2015 la presencia de dos agrupaciones criminales: el Cártel de Tijuana, conocido también como el de los Arellano Félix, y el Cártel de Sinaloa.
En medios también se ha reportado que uno de los grupos que hoy en día disputa el control del territorio, clave por su acceso a la frontera con San Diego, es el del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), vinculado a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
La presencia de estos grupos no es ajena para autoridades de EU, quienes en julio pasado emitieron una alerta de viaje para recomendar a sus ciudadanos reconsiderar viajes a Tijuana y Playas de Rosarito tras la detención de un líder del Cártel de Sinaloa en la región.
En entrevista con Grupo Fórmula el secretario de Seguridad Ciudadana de Playas de Rosarito, Francisco Javier Arellano, reconoció que los homicidios que se presentan en su localidad están más asociados a temas de narcomenudeo.
“No han sido por inseguridad, por pleito de colonias. La inmensa mayoría de los que tengo en el año, el 96 por ciento son por narcomenudeo, y el otro poquito por violencia doméstica o familiar interna”, indicó.
Ante esta incidencia, señaló que su estrategia de seguridad incluye el patrullaje diario las 24 horas del día y una aplicación móvil para que toda persona tenga contacto con ellos.
Asimismo indicó que tienen mapas de calor donde identifican que ocurren incidentes y realizan sus patrullajes con base en esa información; aunque dijo que han detectado llamadas falsas que reciben con la intención de que se desplacen hacia otro lugar.
El secretario de seguridad municipal señaló también que han detectado cuerpos de crímenes que no se cometen en Rosarito, pero los dejan en esa localidad.
Además, reconoció que tienen un déficit de alrededor de 100 policías; sin embargo, dijo que ahora cuentan con 25 patrullas, cuando hace 2 años tenían menos de la mitad de esas unidades.
De cualquier forma han recibido apoyo de la Federación; por ejemplo, dijo que hay meses que reciben apoyo de la Guardia Nacional, de la Secretaría de Marina y de la Defensa Nacional, además del apoyo de elementos estatales. Esto sirve para operativos conjuntos y patrullajes incluso en carreteras.
“La percepción a veces nos afecta mucho pero estamos haciendo lo que podemos para que sea un Rosarito tranquilo”, señaló.
Grupo Fórmula también solicitó entrevista con las administraciones morenistas de la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez, quien encabeza el gobierno de Tijuana, y la mandataria estatal Marina del Pilar Ávila, pero no se obtuvo respuesta al cierre de esta nota.
La percepción de seguridad en Tijuana
“No digo que ya nos acostumbramos a la inseguridad, pero los negocios, las familias, las actividades diarias continúan de manera normal. Ni siquiera el turismo ha dejado de venir”, señaló Roberto Quijano sobre cómo percibe a la ciudadanía en ciudad fronteriza.
José Carlos de Arcos es analista en temas de seguridad en la Fundación Educando Conseguimos Paz (EduPaz) y habitante de Tijuana. Este ha sido su hogar por casi 35 años.
Por ello, comparte que entre la ciudadanía no identifica un temor frecuente por estar entre ataques armados, si no por otros delitos.
“No salgo de mi casa y siento que me van a matar. Digo, pudiera ser que de repente me toque una balacera, pero no salgo con ese temor y es con el temor que yo creo que no sale la ciudadanía. Más bien con miedo a que te asalten, a que se puedan meter a tu casa, si van a robar a un familiar”, señaló.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi, para el segundo trimestre de 2022, 8 de cada 10 personas mayores de 18 años reconocieron tener una percepción de inseguridad en Tijuana, una de las ciudades asesinas en México.
El integrante de EduPaz indicó que ha notado algunos cambios en hábitos de la población para cuidarse de delitos, pues si bien hace 7 u 8 años veía más gente afuera hacia al anochecer, hoy percibe lugares con menos movimiento, incluso cerca del centro.
Aseguró que en su círculo cercano no hay personas que hayan sido víctimas de homicidio. Pero recordó que entre 2007 y 2009, en el sexenio de Felipe Calderón, percibió un entorno distinto.
Durante esa época, el Cártel de Tijuana se dividió y esas facciones buscaron a su vez alianzas con el Cártel de Sinaloa y con Los Zetas, lo que derivó en distintos enfrentamientos según explica en su portal la fundación InSight Crime. “Sí salías de casa, pero eran balaceras por todos lados”, comentó de Arcos.
Eso pasó hace 15 años; sin embargo, hoy la zona no está libre de ataques violentos.
Basta revisar en medios de comunicación reportes de balaceras o ataques de violencia recientes: agresiones contra dueños de negocios, disparos en una funeraria por una riña o ataques en edificios de departamentos… Y siguen los homicidios. Así es como transcurren algunas jornadas en Tijuana y Playas de Rosarito, dos de las ‘ciudades asesinas en México'.