El sacerdote Mateo Calvillo Paz, de la Arquidiócesis de Morelia, denunció que fue agredido por hombres no identificado en Queréndaro, Michoacán, el pasado domingo.
Según la descripción realizada por el sacerdote, la agresión sucedió en apenas 3 minutos cuando otro automóvil bloqueó el paso al suyo y una persona señalada como sicario se acercó a él para agredirlo.
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“Las cosas sucedieron en tres minutos. Fue un ataque profesional, me bloquearon el carro me agredieron a golpes. El agresor, debió ser un sicario, aunque no me presentó su credencial. Un psicópata, era muy alto y fuerte, moreno, con entradas en el pelo, tenía en los puños un arma, se dirigió a mí, abrió la portezuela de mi auto me destrozó la cara, dejándola con hemorragias terribles”, escribió el padre en una carta enviada a diversos medios de comunicación.
El sacerdote difundió también una fotografía de las lesiones de su rostro como evidencia de la agresión sufrida el pasado domingo en Queréndaro, Michoacán.
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El encargado de la Comisión de Evangelización en Radio y Televisión para la Arquidiócesis de Morelia, señaló en su misiva que se considera afortunado de no haber perdido la vida después del ataque, como sucedió a los curas jesuitas de Cerocahui, Chihuahua.
“Este ataque, yo lo había presentido, a todos nos puede tocar, estoy tentado a decir: nos va a tocar. Hay que ser conscientes y estar preparados, estudiar nuestra reacción, una equivocación puede ser mortal. Me salió muy barato, si pienso en la suerte de los hermanos jesuitas asesinados y en tantas muertes y masacres”, redactó en su carta.
El fiscal general del estado de Michoacán, Adrián López Solís, anunció que ya se inició una investigación sobre el tema luego de que se hizo público el señalamiento y a pesar de que no existe una denuncia formal, según información del reportero Marco Morales de Grupo Fórmula.