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SALUD

Estrés, humillaciones y competencia: el ‘viacrucis’ de estudiar medicina en México

De acuerdo al INEGI, los jóvenes de 18 a 29 años de edad fueron las personas que más se suicidaron durante 2020.

Alumnos de la carrera de medicina se quejan del modo en el que se enseña.Créditos: Sandra Ríos
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Hace más de tres semanas un alumno de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se suicidó tras arrojarse desde uno de los edificios hacia el suelo, lo que causó conmoción en la comunidad estudiantil.

“Los maestros te humillan en clase, te someten a niveles de estrés muy cule***, te hacen creer que en esta carrera no se vale otra cosa que no ser perfecto, a la facultad de medicina no le importan sus alumnos, era cuestión de tiempo para que algo así pasara”, escribió @reynerak0 en redes sociales.

Y es que otros usuarios señalaban como posibles causas de la decisión del joven el estrés en la carrera, lo cual no es exclusivo de la UNAM, pues Laura, estudiante de medicina en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), señala que varios profesores generan un ambiente tenso, en el que les hacen creer a los estudiantes que no saben o saben muy poco

“El ambiente es muy tenso, es muy demandante, es cansado, como que todo el tiempo alguien te esté diciendo que no sabes, que no eres suficiente, porque aparte desde que llegas a la carrera de medicina, lo primero que te preguntan es ¿qué vas a hacer de especialidad?”, opina Laura sobre el porqué alguien que estudia esa carrera se quitaría la vida.

Pero el psicólogo Cristian Ocampo, especialista en medicina conductual, opina que posiblemente el joven planeó su suicidio.

“El hecho de que se aventara desde cierto lugar te habla tal vez de una planeación, y estoy teorizando, pero te puede hablar de algo que ya iba elaborando, que ya iba pensando (…) El acto suicida, de ya matarse, es algo que se va elaborando con el tiempo”, precisa Ocampo.

Créditos: Grupo Fórmula

¿Cómo advertir las conductas suicidas y qué hacer ante ellas?

Ocampo, quien también ha laborado en el Hospital Juárez de México, especifica que hay señales que pudieran alertarnos sobre personas con intenciones o ideas suicidas.

“De entrada cualquier cosa que no quede con el comportamiento normal de la persona, a lo mejor comienza a divagar demasiado, ya no se concentra, evita salir, no necesariamente lo tienes que ver triste, sólo comienzas a ver un patrón diferente, y esa puede ser la primera señal”, analiza el especialista.

“Ya si queremos ver cosas específicas, que comienza a querer hablar de lo que está sintiendo, que las cosas se le desborden y no esté con el mismo rendimiento, que comience a bajar la productividad de lo que esté haciendo, ya sea en su trabajo o en la escuela”, abunda.

Además, se pueden presentar otras conductas todavía más específicas en alguien con ideas suicidas:

  • Aislamiento en exceso
  • Tristeza
  • Manifestación de frases como “desearía no estar vivo”, “me quiero matar” o “me gustaría no estar aquí”

Ante este tipo de comportamientos o manifestaciones, sobre todo si no se dicen en un contexto irónico, el psicólogo recomienda no minimizarlas, por el contrario sugiere hacer lo siguiente:

  • Acostumbrarnos a hablar de nuestras emociones, sean alegres o tristes, con frecuencia
  • Si alguien nos dice cómo se siente, preguntarle qué quiere hacer y llevar a cabo la actividad, puesto que hacer algo ayuda a que la emoción disminuya
  • Evitar frases como “échale ganas”, ya que quizá esa persona lleva echándole ganas mucho tiempo sin resultados

“Y si me dicen ‘échale ganas’ es otra vez tengo que buscar en mí herramientas para esto y no las tengo, pero si me dices qué quieres hacer ahorita, me das un camino y entonces hacemos algo con esa emoción: escribir, pintar, gritar, comer, jugar (…) de hecho es parte de lo que se conoce como primeros auxilios psicológicos” detalla Ocampo.

  • Hablar a la línea de vida, que te atiende en el número 800 911 2000 las 24 horas del día
  • Apoyarnos con el médico general, en clubes deportivos, grupos religiosos o hasta trabajadores sociales
  • Ir a terapia cuando se considere necesario
Créditos: Pixabay

La persona con estas ideas o manifestaciones semejantes puede advertir por sí misma este tipo de comportamientos, como quizá lo hizo el joven que se suicidó. 

“Comienza a veces con pensamientos de ‘ah, me quiero morir’, luego comienzo con un deseo de ‘¿cómo lo haría?’. Comienzo a imaginar a lo mejor ‘dónde sería lo mejor’. Que haya escogido la Facultad es por el escenario en el que lo veía probable”, detalla el psicólogo Cristian Ocampo.

En contraste, el especialista cuenta que tal vez en su casa no podía hacerlo porque lo hubieran detenido, quizá ahí algo más hubiera pasado o sí le hubieran dado apoyo. 

¿Qué otros problemas enfrentan los estudiantes de medicina que inciden en su salud mental?

Laura coincide con las publicaciones de redes sociales en que hay falta de interés por parte de los maestros para enseñar lo que saben, sobre todo en los hospitales.

 “El sistema te hace estar rotando en hospitales donde los profesores que son los médicos que están ahí, o son médicos de base, que realmente no tienen mucho interés por enseñar, o son médicos residentes que ellos también están aprendiendo y ya están súper cansados y los ponen a dar una clase de lo que sea que toque dar ese día”, cuenta.

Cristian Ocampo, quien también se ha desempeñado como profesor de psicología, comenta que la carrera de medicina quizá fue un factor de riesgo para que el joven se suicidara.

“En el modo de enseñanza de algunas carreras como es la medicina hay mucha competencia, hay humillaciones”, pues entre los maltratos que sufren las personas en esa área “se reportan desde humillaciones físicas, humillaciones verbales, violencia que ya lleva golpes, algunos problemas que les restringen alimentación o las llamadas guardias de castigo”, destaca.

El plan de estudios de la Facultad de Medicina de la UNAM está compuesto por 4 fases: la primera corresponde a los primeros dos años de carrera y en ella el alumno se integra principalmente desde las aulas; en la segunda fase (del quinto al noveno semestre) es donde comienza la rotación en los hospitales. 

El estudiante que se suicidó el jueves 23 de junio se encontraba cursando el segundo año de la carrera.

Créditos: Pixabay

A esos 4 años y medio se les suma uno más de internado médico y otro de servicio social, que por ley debe cubrirse, para que las personas que estudian medicina posteriormente se puedan titular.

Al respecto, recientemente se abrió el debate sobre la regulación del servicio social de los alumnos, tras el asesinato de Eric David Andrade Ramírez, pasante de medicina de la Universidad Autónoma de Durango (UAD).

Profesionales del sector salud han señalado que los jóvenes que realizan su servicio social o internado se han convertido en "mano de obra barata" para las instituciones, que no ofrecen condiciones óptimas para los estudiantes. En redes sociales abundan denuncias sobre abusos laborales, guardias excesivas, falta de pago, así como la inseguridad en diversos puntos del país.

"Hubieron chicos que ya no querían estar en sus plazas (del internado) porque sus plazas estaban tomadas por el crimen organizado. Entonces obviamente, ¿cómo les pides que no tengan crisis de ansiedad? Porque aparte la escuela tampoco es resolutiva y no les consigue mejores plazas y tampoco te dicen que te puedes ir, sino como espérate", cuenta la estudiante Laura.

¿Qué hacen las escuelas ante las enfermedades mentales y los suicidios?

Al juicio de Laura, las escuelas sólo toman acciones una vez que los suicidios u otras enfermedades mentales ya se manifestaron.

“En 7 años de la carrera las únicas pláticas que tuvimos de suicidio e higiene mental fueron antes de irnos al internado, pero porque ya había antecedentes de compañeros que se suicidaron, o sea porque ya había antecedentes de compañeros que desertaron del internado por cuestiones de depresión, ansiedad así terribles o cuestiones de alcoholismo”, refiere.   

Y las pláticas las dan, considera la estudiante, porque muchos abandonan sus plazas de internado a mitad del mismo debido a que no se sienten cómodos, lo que afecta a la institución educativa porque podría perder el convenio con el hospital al que mandó a sus alumnos.

“Esa es la parte en la que a la institución le importa. Porque obviamente ya no tiene qué ofertarle a la siguiente generación, porque entonces ahora tiene que hacer más convenios con otras instituciones para poder tener todas las plazas que necesita”, opina la estudiante.

La Facultad de Medicina de la UNAM tiene una clínica de salud mental, aunque en su página de internet no hay información a la vista sobre ella, sólo en la parte de abajo del sitio web se localizan los teléfonos de emergencias.

Créditos: Pixabay

El mismo día que el estudiante se suicidó, 23 de junio de 2022, la Gaceta de la UNAM del jueves tuvo como tema de su portada: el suicidio.

En tres de los cuatro artículos se menciona dónde están los lugares para pedir ayuda, pero destaca uno de ellos puesto que habla sobre el programa Guardianes de la FES-Iztacala, donde alumnos y profesores se capacitan para notar quiénes de sus compañeros pudieran tener señales de riesgo y aconsejarlos.

“Les explicamos cuáles son las conductas asociadas al suicidio, un poco de autolesiones no suicidas, pero lo más importante, además de darles información, es que durante el taller practicamos cómo motivar a alguien a pedir ayuda, cómo acercarse con un profesional, cómo darse cuenta que ya hay datos de preocupación”, explica sobre el programa la especialista Carolina Santillán Torres Torija.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por cada 100 personas que se suicidaron durante 2020, 10.7 de ellas corresponden a jóvenes de 18 a 29 años.