La dinámica de viajes de turistas nacionales y extranjeros, junto con otros factores como tecnológicos o la inseguridad, pueden ser parte de los motivos por los que algunas zonas arqueológicas aún no recuperan el total de visitantes que tenían antes de la pandemia.
De enero a mayo de este año, más de 4 millones 226 mil personas visitaron alguna de las más de 190 zonas arqueológicas con las que cuenta México.
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Ello de acuerdo con cifras preliminares de Datatur de la Secretaría de Turismo, que a su vez se basó en información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De ese total, 65 por ciento correspondió a personas de origen mexicano, lo restante a visitantes del extranjero.
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Sin embargo, todavía avanza la recuperación con respecto a antes de la pandemia, ya que de enero a mayo del 2019, previo al COVID-19 en México, el número total de visitantes a estas zonas arqueológicas fue de más de 7 millones.
¿Cómo va la recuperación del turismo en zonas arqueológicas?
Para los datos de este año, Chichén Itzá en Yucatán es la zona arqueológica que más visitantes ha recibido tanto nacionales como de otros países durante los primeros 5 meses del año.
De forma preliminar se tiene el registro de 1 millón 164 mil personas que ingresaron a este sitio hasta mayo pasado, esto es 14 por ciento más a lo que se tuvo en el mismo periodo del 2019, previo a la pandemia.
Roberto Montalvo, académico del departamento de estudios empresariales de la Universidad Iberoamericana y experto en el sector turismo, explicó que esto en parte se puede explicar por la dinámica de vuelos que sigue en recuperación a 2 años del inicio de la pandemia y la movilidad que hay en ellos, especialmente en Cancún.
Esta ciudad tiene el segundo aeropuerto internacional más importante de México en términos de movilidad de pasajeros: sólo de enero a mayo de este año tiene una estadística de 8.3 millones de pasajeros internacionales, mayor que los 5.3 del AICM según cifras de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).
“En toda esta zona de Cancún, Playa del Carmen, Puerto Morelos, hay mucho tour que te lleva hacia Chichén Itzá, eso mueve personas nacionales e internacionales. El turista que ya viaja trata de tomar viajes de playa, que incluyen Cancún”, explicó a Grupo Fórmula.
Así, mientras esta zona arqueológica muestra una recuperación, hay otros sitios en el país a los que les ‘cuesta’ más recuperar el número de visitantes que tuvieron previo a la pandemia. Tal es el caso de Teotihuacán, en el Estado de México.
Durante enero y mayo del 2019 cerca de 1 millón 600 mil personas visitaron este sitio cercano a la Ciudad de México, pero en los primeros 5 meses de este año lleva 768 mil visitas.
De acuerdo con Montalvo, hay un factor que parece impactar en la recuperación de la afluencia de Teotihuacán: la caída de viajes de negocios.
Y es que de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria (UPM) en mayo de este año 50 mil personas extranjeras no residentes en México llegaron al país como visitantes de negocios, mientras que en mayo del 2019 la cifra era de 88 mil personas.
Entre estos factores no sólo se encuentran restricciones de movilidad de países y contagios, también cambios tecnológicos de empresas que cambiaron juntas por videoconferencias, razón por la que pudieron disminuir las visitas a la capital o el Valle metropolitano, y con ello, a Teotihuacán.
“Llegan a Ciudad de México y ahí uno de los tours, mayormente de jueves a domingos, es a Teotihuacán. Es una de las zonas que gente visita cuando viene a viajes de negocios y que tampoco se han alcanzado a recuperar a niveles de otros años”, señaló.
Además de estas condiciones, hay que considerar además que las zonas arqueológicas tuvieron cierres en distintas fechas por los semáforos epidemiológicos, lo cual también impacto en el número de visitas totales que registraron.
Hay otros destinos que aunque de forma preliminar no han recuperado el total de visitantes que tenían antes de la pandemia como en Chichén Itzá, parecen tener un mayor impulso pues hasta mayo pasado eran parte de las 5 zonas arqueológicas más visitadas en México.
Un ejemplo es Monte Albán en Oaxaca y Palenque en Chiapas, dos zonas que en conjunto recibieron 295 mil visitantes.
Durante el 2021 los dos recibieron durante los primeros 5 meses del año a 17 mil 263 visitantes del extranjero, mientras que para este año han recibido a casi 50 mil turistas de otros países.
“Bajó el turismo canadiense, pero subió el americano (estadounidense) y francés, y un destino que están explorando adicional a la Riviera Maya es Oaxaca y Chiapas”, indicó el académico.
Hay otras zonas arqueológicas que por el contrario dejaron de figurar entre los más visitados del país a pesar de que son reconocidos en la esfera nacional e internacional.
Estos son Cobá, en Quintana Roo, y la zona arqueológica de Cholula, en Puebla. En el primer caso, se trata de un destino que fue de los que más ingresos de turistas tuvo en 2019 y 2020, pero a finales del 2021 cerró por obras de mejoramiento.
En tanto que para el caso de Cholula, el experto consideró que podría explicarse por falta de impulso a estrategias de promoción turísticas en el estado así como el saber de eventos de inseguridad en la región, como el asesinato de la activista y abogada Cecilia Monzón a finales de mayo.
Áreas de oportunidad para el turismo en museos y zonas arqueológicas
A pesar de que México enfrenta una nueva ola de contagios por COVID-19, Montalvo consideró que la afluencias en zonas arqueológicas seguirá avanzando, pues son sitios que se relacionan con espacios abiertos, ello salvo que haya nuevos confinamientos o cierres, o que las variantes o subvariantes del virus sean más graves y por ello la gente no quiera salir.
Sin embargo, vio en este crecimiento de afluencia una oportunidad para que tanto en las zonas arqueológicas como museos se trabaje en factores que pueden ayudar a mejorar la experiencia de turistas, como mejor servicios de telecomunicaciones o sanitarios, o aprovechar herramientas tecnológicas para atraer a nuevas generaciones.
"Mucha gente depende de la actividad turística, lo vimos en estos dos años, y al no tener otra actividad ha sido complejo para esas familias que en algunos casos vivían principalmente de eso. Por ello tendríamos que tener mucho cuidado con las formas de hacer y de producir turismo cultural y de arqueología", indicó Montalvo.