María huyó de Sarabia, comunidad del municipio de Jerez en Zacatecas, en julio de 2021. Ella y su familia forman parte de los 3 mil desplazados que dejaron las disputas por el territorio entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa. A un año las víctimas ven esperanza de regresar.
El terror y la violencia que provocaron los narcos hizo que los habitantes de 18 comunidades abandonaran sus casas, cultivos y animales por miedo a que les sucediera algo. Esta información forma parte de la investigación especial Los "fantasmas" de Jerez: Las casas y vidas que arrebató el narco.
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Cuando María se fue con su familia sólo se llevaron algunas bolsas con ropa porque creyeron que la violencia iba a disminuir y regresarían pronto, de acuerdo con el testimonio de la desplazada. Así que dejaron la mayoría de sus pertenencias.
La familia de desplazados se mudó a la cabecera municipal de Jerez y empezó a rentar una casa, igual que la mayoría de las víctimas.
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A pesar de que el inmueble alquilado es más pequeño que la casa que tenían en Sarabia, tuvieron que acoplarse porque la situación de seguridad no mejoró durante los siguientes meses. María dijo a Grupo Fórmula que en lugar de eso empeoró, hasta que los ranchos quedaron completamente abandonados.
La desplazada continuó yendo a su casa 1 vez cada 15 días o al mes para cerciorarse de que el ganado que dejaron en Sarabia estaba saludable.
En octubre del año pasado dejó de visitarla y regresó hasta marzo de este año, cuando elementos de la Guardia Nacional y del Ejército escoltaron a los desplazados para que visitaran sus casas; así como para que recogieran algunas de sus pertenencias.
Antes de acudir, María y su familia se enteraron que habían saqueado casas, destruido puertas y ventanas de otros desplazados. Por lo que esperaba que su hogar estuviera igual. Sin embargo, se llevó una sorpresa: el inmueble se convirtió en escena del crimen.
La casa de los desplazados se convirtió en una escena del crimen
En el lugar murió un elemento de la Guardia Nacional, tras un enfrentamiento con sicarios de un grupo criminal. Las paredes de la mayoría de las habitaciones y el techo fueron atravesados con impactos de bala de armas de alto calibre; algunos muros estaban completamente destruidos, igual que los vidrios y varios muebles.
El inmueble fue uno de los más dañados de todas las comunidades de desplazados. María dijo a Grupo Fórmula, durante una visita a las comunidades en abril pasado, que ella sí quería regresar a Sarabia, pero no sabía si sus hijos e hijas iban a estar de acuerdo.
“Sí quiero regresar, pero a la vez, si voy, tenemos que construirla y yo digo a lo mejor no va a ser lo mismo por mis hijos porque ellos ya se están adaptando más aquí”, comentó.
Asimismo, dijo que su familia no recibió ningún tipo de apoyo por parte del gobierno municipal o estatal cuando abandonaron las comunidades, salieron adelante solos.
Hasta ese momento, el gobierno estatal sólo había apoyado a las comunidades de desplazados con la colocación de bases militares en Palmas Altas, Ermita de los Correa, Guadalupe Victoria y Villa Hermosa.
La desplazada aseguró que durante los 30 años que llevaba viviendo en Sarabia nunca solicitó apoyo de ninguna de las autoridades. Aunque ahora sí lo iban a requerir porque destruyeron la mayor parte de su patrimonio.
“A lo mejor decíamos que no ocupábamos al gobierno porque estábamos en nuestros ranchos, en nuestras casas. Lo que cultivábamos, trabajábamos, era de nosotros. Ahora que salimos, a lo mejor ora sí ocupamos, no digo yo, todos”, comentó.
Actualmente, María y su familia tienen la esperanza de regresar en 3 o 4 meses a Sarabia; pues el gobierno se hará cargo de la reconstrucción de su casa.
La familia de desplazados pensó que no los iban a ayudar
El gobernador de Zacatecas, David Monreal, realizó una Mesa de Construcción de Paz en Palmas Altas, una de las comunidades de desplazados, el pasado 27 de mayo. Ahí se reunió con algunas víctimas y se comprometió a ayudarles.
Anteriormente, en marzo pasado, las autoridades gubernamentales informaron que pondrían en marcha el Proyecto Integral de Atención a Víctimas del Desplazamiento Forzado.
Además, la secretaria de Gobierno, Gabriela Pinedo Morales, dijo a Grupo Fórmula que la segunda fase de dicho proyecto empezaría a finales de abril. También detalló que esa etapa consistiría en evaluar el estado de las viviendas, los espacios públicos y determinar si faltaba algún servicio, como luz o agua potable.
Asimismo, aseguró que todas las dependencias gubernamentales participarían porque iban a reparar y reconstruir las viviendas de los desplazados; a arreglar caminos; realizar labores de limpieza y rehabilitar los espacios públicos de todas las comunidades.
Un mes después del anuncio, uno de los desplazados señaló que el gobierno no cumplió con su compromiso, ya que les dijeron que sólo iban a apoyarlos con la colocación de vidrios nuevos, chapas y a pintar paredes que fueron ‘grafiteadas’ por los cárteles.
Incluso, reveló, que había comunidades que aún no contaban con servicio de agua potable, ni con lámparas para el alumbrado público.
No obstante, tras la visita de Monreal los trabajos para apoyar a los desplazados se retomaron y el mandatario estatal se comprometió a acudir cada 15 días a una comunidad diferente. Hace 2 semanas iniciaron los trabajos de reconstrucción de la casa de María y su familia.
“Primero dijeron que iban a tumbar los techos y nomás tumbaron los techos y se llevaron las ventanas, o sea quitaron las ventanas, y ya el lunes [13 de junio] pues no que tumbaron los cuartos y tumbaron 3 cuartos y luego después dijeron que creo todos”, contó María en entrevista con Grupo Fórmula.
El gobierno de Zacatecas va a asumir el costo total de la reconstrucción de su casa, según María y de Sarabia es el único inmueble que van a volver a edificar. De igual forma han arreglado chapas y pintaron paredes de otras viviendas.
“La más dilatada soy yo, pero con la ayuda de Dios yo pienso que pronto. Ayer (jueves 16 de junio) que fuimos, porque antier (miércoles 15 de junio) fui a sacar todo y nos dijeron que habían dado las instrucciones de tumbar todo, pero le digo: 'ay, es que hay unos cuartos buenos'”, relató.
María agregó que un arquitecto iba a acudir el pasado 17 de junio para evaluar el estado en el que se encuentran los techos de la estructura.
Ni ella, ni su familia esperaban que fueran a ayudarles a reconstruir su casa. Por ello, llevaron una lámina para cubrir las ventanas que se quedaron sin vidrios para evitar que el interior de la vivienda se llenara de tierra y polvo.
“Me siento muy contenta porque a mí se me hacía imposible. De verla cómo estaba, así como ustedes la miraron, se me hacía imposible que la fueran a componer”, reveló.
María y su familia han tenido que acudir varios días a Sarabia para llevarse las cosas que aun había en el inmueble.
Hasta ahora, sólo han regresado 2 familias de desplazados forma permanente a la comunidad, de los 171 habitantes que había, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Las familias que ya volvieron llevan entre 1 y 2 meses habitando el lugar. El resto de los desplazados van a sus casas de visita, a ver a sus animales y cultivos durante el día y se regresan a la cabecera municipal por la noche.
“Nosotros ahorita tenemos 2 semanas que vamos y venimos. Nos vamos con los trabajadores de la nación y va la Policía Estatal; nos llevan y salimos a las 8:00 u 8:30 y a las 3:00 pm paran de trabajar y ya nos venimos. Nosotros también no le hemos hecho la lucha de quedarnos”, expresó.
María reiteró que sí quiere regresar a su comunidad y su esposo opina lo mismo que ella. No así una de sus hijas, la cual se enfermó de los nervios por el miedo y las situaciones que enfrentaron antes de ser desplazados
Por lo que es probable que, cuando su casa esté lista, se queden algunos días en Sarabia y otros regresen a la cabecera municipal de Jerez.
Una de las demandas principales de las víctimas es que el gobierno coloque 1 base militar permanente por comunidad para que garanticen la seguridad de los habitantes.
Hasta ahora, las únicas comunidades que tienen son las mismas a las que se la pusieron el pasado 17 de marzo. Sarabia no tiene y los desplazados desconocen si se las van a poner, pero temen que los narcos regresen y vuelvan a vivir un desplazamiento interno forzado cuando se hayan reinstalado en sus hogares. El nombre de María es ficticio por su seguridad, no así su testimonio.