Desde hace 57 años se celebra el Día Internacional de la Enfermería para conmemorar a personal de salud que se aboca a atender en primera instancia y muy de cerca a los pacientes, pero también a esas personas que representan una labor de compañía y de servicio a los enfermos.
En 2020 se tenía contemplado celebrar el año mundial de la enfermería, pero la irrupción de la pandemia de COVID-19 llevó a cancelar los festejos a cambio de poner a las enfermeras en el lugar donde más pueden lucir: en servicio. Atender una crisis mundial de salud como esa significó para ellas y ellos un cambio, pero también un momento para revalorar su labor.
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"El acercamiento con los pacientes fue algo complejo pero a la vez satisfactorio en cuanto al personal de salud. En muchas ocasiones era quien estaba cerca del paciente, quien podía enviar un mensajito a su familiar, de que 'estoy bien', el contacto humano que podía tener el paciente era a través de las enfermeras y de los ojos de la enfermera, de las palabras de la enfermera", dijo Eloísa Escudero Acevedo, enfermera militar con 38 años de servicio.
El día Internacional de la Enfermería se celebra cada 12 de mayo para conmemorar el natalicio de Florence Nightingale, enfermera formada en Inglaterra y considerada la pionera de esta profesión, gracias a su contribución a la atención de combatientes en la guerra de Crimea a mediados del siglo XIX.
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Desde ese momento, la enfermería pasó a ser en una actividad profesional que cobró gran relevancia en los últimos dos años ante la irrupción de la pandemia de COVID-19. Porque a diferencia de los médicos, las enfermeras y los enfermeros son el primer contacto con los pacientes, y son algo más allá del personal de atención.
"La cuestión emocional es lo que nos repercute porque no sólo damos medicamentos, no sólo inyectamos, no sólo lo acompañamos para que coma, al paciente lo escuchamos, el hecho de escucharlos mejora mucho su estado anímico y eso yo creo que es la mística de la enfermería", relató en entrevista para Grupo Fórmula Eloísa Escudero.
En su experiencia, la proximidad que tienen con los pacientes las convierte en un soporte emocional para los pacientes.
"Aunado a la capacidad profesional que podamos tener por los conocimientos que hemos adquirido, la vocación de escuchar y de apoyar a otro ser humano nos llena de satisfacciones", detalló la recién nombrada subdirectora del Hospital Militar de Zona de Temamatla, en el oriente del Estado de México.
A falta de enfermeras y enfermeros
El mundo en general y México tienen falta de personal de enfermería. Entre uno de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) está formar al menos a 18 millones de trabajadores de la salud en el mundo para 2030, de los cuales unos 9 millones tendrían que ser enfermeras y enfermeros.
Sin embargo, esa meta parece algo lejos de alcanzarse. Tan sólo en la Escuela Militar de Enfermería apenas un ciento de profesionales se forman cada año, mientras que el país muestra una falta de enfermeros.
Según estimaciones de la UNAM, en el sistema de salud pública de México se tiene registro de 315 mil personas dedicadas a esta labor, donde casi la mitad son profesionistas, de acuerdo con Rosa Amarilis Zárate Grajales, directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de esa casa de estudios.
En una entrevista divulgada el pasado enero, la directora reconoció que hay una alta demanda de estos profesionales por lo que la mayoría encuentra trabajo en el mercado laboral, aunque no siempre con las mejores condiciones. En promedio egresan 25 mil profesionales de la enfermería al año en el país, de los cuales alrededor de un centenar provienen de la Escuela Militar en la materia.
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se calcula que hay alrededor de 2.9 enfermeras y enfermeros por cada mil habitantes cuando la tasa promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es de 8.8.
En tanto que países como Cuba, que se ha vuelto el foco en temas de personal médico en los últimos días, suma 8 por cada mil habitantes.
Ante esta eventual falta de personal médico, la teniente coronel Eloísa Escudero resaltó que la vocación para esta práctica es fundamental, pues se requiere que quien desee practicar esta profesión requiere de mucha empatía y el deseo de servir.
"Vamos a hacer alusión a nuestra madre Cuca, que fue nuestra heroína. Ella cuidaba a los heridos de la Revolución porque los cuidados que ella proporcionó los asemejaba a los cuidados de una madre que proporciona a sus hijos que muchas veces el cansancio o la fatiga que podamos tener, el hecho de cuidar a nuestros pacientes como cuidamos a nuestros hijos", comentó la enfermera, también madre de dos hijos.