Los trabajadores sindicalizados de Telmex han anunciado el inicio de una huelga, por primera vez después de 37 años, para exigir un aumento salarial suficiente y equitativo entre trabajadores activos y jubilados, así como para demandar la contratación de nuevos trabajadores que cubran todas las vacantes disponibles al interior de la empresa.
Sin embargo, la huelga acordada no producirá la parálisis necesaria para orillar a los propietarios de la empresa a cumplir con las demandas laborales expuestas por el sindicato, considera la doctora en ciencia política María Xelhuantzi López.
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A pesar de que el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) tiene presencia a nivel nacional y cuenta con cerca de 55 mil afiliados, su capacidad de paralizar las labores de la empresa es baja debido a la política de tercerización por la que Telmex apostó desde principios de milenio.
“Yo no creo que la huelga vaya a tener un impacto significativo. Creo que parte de los temores sobre estallar la huelga es que se va a notar que no son esenciales los trabajadores”, considera María Xelhuantzi, exasesora del STRM, en entrevista con Grupo Fórmula.
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Mediante la creación de empresas terceras, Grupo Carso, propietario de Telmex, ha logrado que los trabajadores sindicalizados con capacidad de negociación colectiva no representen la mayor parte de su fuerza laboral.
De este modo, a pesar de que los telefonistas sindicalizados inicien y sostengan una huelga, la mayor parte de los servicios de telecomunicaciones de la empresa seguirán operando.
“Me atrevo a decir que no hay un solo segmento dentro de la materia de trabajo que atienden los telefonistas que no esté tercerizado. Incluso en algunos segmentas del servicio predominan los terceros y no los trabajadores sindicalizados”, afirma la especialista en sistema laboral mexicano.
¿Por qué una huelga de los trabajadores no paralizará Telmex?
La limitada fuerza del sindicato se explica por dos motivos: primero, la tecnología ha automatizado parte de los servicios que antes realizaban los trabajadores; segundo, Telmex ha delegado muchas de sus funciones en empresas terceras, como Red Uno y Uninet, que cuentan únicamente con personal no sindicalizado.
Muchas de las tareas esenciales para las operaciones de Telmex las realizan trabajadores de confianza o tercerizados, como los técnicos especializados que resuelven problemas de la red. Mientras que la atención a clientes y a instalaciones en Infinitum y Carso está predominantemente a cargo de trabajadores tercerizados.
En opinión de la doctora Xelhuantzi, el sindicato votó el estallamiento de la huelga en un escenario de extrema debilidad: la dirigencia sindical desaprovechó de manera negligente las oportunidades previas para organizar a los trabajadores tercerizados y oponer mayor resistencia a la política empresarial de tercerización.
Ello porque Telmex ha violado de forma reiterada la cláusula 9 del contrato colectivo, misma que determina que toda la materia de trabajo nueva deberá será atendida por personal sindicalizado. Por el contrario, el número de trabajadores de empresas subsidiarias no ha hecho más que crecer con el paso de los años, mientras que las vacantes en la empresa quedan vacías.
“No hicieron nada cuando la empresa creció América Móvil y debilitó Telmex, ahora van a tener que pagar las consecuencias”, lamenta la exasesora.
Como consecuencia de la pérdida de poder del STRM dentro de Telmex, los efectos de la huelga sobre los usuarios del servicio no serán graves. Grupo Carso, propietario de la telefónica, asegura que el servicio a usuarios no se verá afectado por el inicio de la huelga.
“La red de vanguardia de Telmex trabaja de forma autónoma, garantizando el servicio a sus clientes. La red tiene la capacidad tecnológica de operar por sí misma, de mantener los servicios operando, detectar una falla y protegerse, así como regresar a su condición original cuando la falla se soluciona”, asegura a Grupo Fórmula Renato Flores, responsable de comunicación de Carso.
Cuestionada sobre la posibilidad de que Telmex y el STRM lleguen a acuerdos antes de este miércoles, la empresa señaló que no se pronunciará sobre el proceso de negociación.
Por su parte, el dirigente nacional del sindicato, Francisco Hernández Juárez, garantizó durante conferencia de prensa que no se “apagará el switch” del servicio de comunicación, pero no descartó que existan problemas como consecuencia de la acumulación de fallas no resueltas durante el tiempo que dure la huelga.
Lo que el sindicato no ha aclarado es si permitirá o no el ingreso a las instalaciones a los trabajadores de las empresas competidoras que rentan la infraestructura de Telmex.
¿Cuáles son las exigencias del STRM a Telmex que llevaron a la huelga?
Los telefonistas del país votaron a favor de iniciar una huelga el próximo miércoles 11 de mayo a las 12:00 horas en demanda de un alza salarial de 7.5 por ciento y en exigencia de que sean contratados todos los trabajadores necesarios para cubrir las vacantes existentes.
Los ofrecimientos realizados por Telmex fueron rechazados por el sindicato, no sólo porque el incremento salarial propuesto de 4 por ciento no cumple con lo solicitado, sino porque los beneficios pactados no serían iguales para trabajadores activos y jubilados.
La consulta a nivel nacional para determinar el emplazamiento a huelga, vigente hasta este lunes 9 de mayo, involucra a cerca de 30 mil jubilados de un total de 55 mil afiliados al sindicato.
De acuerdo con María Xelhuantzi, el aumento de los compromisos económicos que Telmex mantiene con sus trabajadores activos y jubilados es un problema que amenaza la viabilidad financiera de la empresa en el corto y mediano plazo.
Además, la importancia de Telmex como empresa prestadora de servicios públicos podría motivar que la huelga sea requisada por autoridades federales, es decir, que ingrese personal de confianza a realizar las actividades detenidas por los trabajadores sindicalizados.
El STRM está haciendo apuestas políticas muy riesgosas para los telefonistas, concluye la doctora, porque está dando por hecho que la huelga no será requisada, que el gobierno federal apoyará el movimiento y que las alianzas solidarias con otros sindicatos serán suficientes para ejercer presión sobre Telmex.