Activistas, ambientalistas, académicos y famosos de la campaña Sélvame del Tren aclararon que su intención no es sólo reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sino tener un encuentro que abra el diálogo entre autoridades y todos los sectores de la población involucrados en el Tren Maya.
En entrevista con Denise Maerker para Atando Cabos, el académico de la UNAM Rodrigo Medellín acotó que su oposición no es contra la obra en sí misma, sino contra la falta de legalidad en su ejecución.
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"La ley dice que no se pude realizar este tipo de obras sin la Manifestación de Impacto Ambiental, que determine las medidas de mitigación para resolver los problemas que pueda causar ese desarrollo", advirtió.
"Lo que debe privar es la legalidad, el apego a la ley, que se detengan en tanto no estén las medidas de mitigación, que no se dañe más el ambiente", señaló.
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El académico expuso que confía en que el presidente abrirá la puerta al diálogo con los opositores al Tren Maya, luego de que cancelara apresuradamente la reunión este lunes.
"Que quede muy claro que lo que queremos no es vamos a sentarnos con el presidente, vamos a hablar con… Lo que queremos es que se establezca una mesa de diálogo con todos los sectores de la población que están contemplados dentro del tema del Tren Maya", dijo el académico Rodrigo Medellín.
Además, reiteró que su oposición no es contra la obra del Tren Maya , sino contra la falta de legalidad en su ejecución, por lo que no se conoce ni su impacto ni los riesgos que pueda tener su construcción.
Ante estas faltas, consideró que el proyecto insignia del gobierno de AMLO debe detenerse a toda costa hasta cumplir con la ley y corre el riesgo de convertirse en un fracaso.
"Esas condiciones no se van a dar y ese tren se va a convertir en bastión del desastre que está sucediendo en el gobierno actual", lanzó Rodrigo Medellín.
También criticó que en México históricamente no se ha respetado la ley medioambiental, lo que ha derivado en afectaciones severas a la naturaleza; y cuestionó la falta de visión de largo plazo desde los gobiernos, que realizan proyectos sin pensar en las consecuencias que tendrá en 20 o 50 años, como ocurre con el Tren Maya.