El poeta mexicano Octavio Paz no sólo probó las mieles del éxito a nivel profesional y sentimental, sino también conoció el sabor amargo de una traición amorosa, esto gracias a su relación con una famosa pintora italiana.
Se trata de Bona Tibertelli con quien mantuvo una breve relación que casi termina en matrimonio, sino fuera porque el Premio Nobel de Literatura fue sustituido por otro artista mexicano.
Te podría interesar
La también escritora fue la razón por la que Paz puso fin a su matrimonio con la periodista mexicana Elena Garro, tras estar 22 años casado con ella.
Al igual que el poeta, Bona terminó con su matrimonio con el escritor francés, André Pieyre de Mandiargues, quien además era amigo cercano de Octavio Paz.
Te podría interesar
Ambos se conocieron en 1948 y todo parece indicar que ese instante sirvió para que el responsable de ‘El Laberinto de la Soledad’ quedara flechado de la italiana, pues en 1958 cuando inauguró una exposición en México, el poeta fue el primero en presenciarla.
El también diplomático quedó flechado de Tibertelli no sólo por sus encantos femeninos, sino por su inteligencia y sensibilidad como pintora, crítica de arte, escritora y gran conservadora.
Su relación se caracterizó por estar llena de pasión y erotismo, motivos que llevaron a Octavio Paz a mudarse a Francia para pasar más tiempo con ella.
Cabe mencionar que la relación entre esta pareja de artistas se dio mientras ambos aún estaban casados y fue este mismo amorío que los llevó a poner fin a sus matrimonios.
Desafortunadamente Octavio Paz no consiguió con Bona Tibertelli tener un ‘felices para siempre’, pues lo que ocurrió con sus pasadas relaciones se repitió; sin embargo, en esta ocasión sería el mexicano quien estuvo del otro lado de la historia.
Y es que la pintora italiana cuando estaba a punto de casarse con el poeta en 1962 lo dejó por el joven pintor oaxaqueño, Francisco Toledo.
Con sólo 20 años de edad, el artista logró ganarse el corazón de Bona, a quien conoció durante un viaje a París. Con el objetivo de apoyarlo en su carrera, la italiana le pidió a Paz que ayudará al joven a conseguir alojamiento en la Maison du Mexique de la ciudad universitaria de ese país.
Octavio Paz lo ayudó sin saber que Toledo terminaría en convertirse en el amante de Bona Tibertelli, amorío por el cual terminaría dejando al Premio Nobel de Literatura a punto de llegar al altar.