El exconsejero jurídico de la presidencia, Julio Scherer Ibarra, acusó una confabulación entre la presidenta del senado Olga Sánchez Cordero, y el fiscal Alejandro Gertz Manero para perseguirlo; así como de un abuso de su poder y recursos públicos para buscar “venganzas personales”.
En un testimonio escrito en la revista Proceso, Scherer Ibarra señaló un modus operandi “extorsivo” que se repite en los casos Juan Collado, Inés Gómez Mont y Álvarez Puga, el desfalcó a la Cooperativa Cruz Azul y en el caso de una concesión sobre el Viaducto Bicentenario.
En el texto, el exconsejero jurídico detalló su relación con ambos servidores públicos y asegura: “Más allá de mí, Olga Sánchez Cordero y Alejandro Gertz Manero deshonran el juramento de guardar y hacer guardar la Constitución en cada uno de sus excesos. La traición habita en ellos”.
De acuerdo Scherer Ibarra, detrás de las acusaciones en su contra respecto a una supuesta extorsión al abogado Juan Collado están los intereses de ambos funcionarios, "cómplices en el afán por manchar su nombre".
El exfuncionario destacó que fue Sánchez Cordero quien intercedió por Collado, al hacerle llegar al presidente dos propuesta de acuerdos reparatorios, entre ellos la entrega de los recursos que su hermano Juan tenía en Andorra (90 millones de euros) y los llamados “videoescándalos” con los que se intentó desprestigiar al presidente López Obrador cuando era jefe de gobierno de la Ciudad de Mëxico.
“Mi única participación en el caso de Juan Collado fue recibir y escuchar a sus hijos, siempre a petición suya y siempre remitiéndolos a la fiscalía. La verdadera extorsión fue de Sánchez Cordero y del fiscal Gertz al hacer pensar a Collado que lo ayudarían a cambio de mentir por venganzas personales absurdas”, sentencia Scherer.
Además, aseguró que fue la presidenta del senado quien "bajo sus propios intereses" llevó a su amigo Antonio Collado con Alejandro Gertz Manero para ofrecerle un criterio de oportunidad con el que su hermano podría obtener la libertad a cambio de denunciarlo.
“Desde su posición de poder, Sánchez Cordero y Gertz Manero se valieron de la desesperación de Juan Collado para perseguirme e inventaron una falsa extorsión. Tiempo después el propio Javier López, quien era el abogado de Juan Collado, me contó de ese acuerdo perverso para perjudicarme del que no quiso ser parte. Desde luego, renunció”, relató.
La furia del fiscal Gertz Manero
En su confesión, Scherer detalló que luego de la publicación del reportaje “La casa secreta de Gertz Manero" en Proceso, el fiscal lo acuso de filtrar la información y en su último encuentro le dijo desafiante: “Usted podía haber elegido entre un fiscal amigo o un fiscal enemigo”.
Esto, pese a que Scherer lo apoyó para ser titular de la FGR, en cuya posición le pidió "solo un favor": impedir que su cuñada Laura Moran y Su hija Alejandra Cuevas obtuvieran un amparo, favor que le negó.
"Lo pidió el fiscal, sí, a sabiendas de que era un acto ilegal. Colérico como es, desencajado el rostro, conforme avanzaba en los reclamos por sus asuntos personales le temblaban los labios, le temblaban las manos, le temblaba la voz", recuerda.
A la par, Scherer reveló que otro caso que se “fabricó” para dañar su reputación es el de la pareja de Inés Gómez Mont y su marido, Víctor Manuel Alvarez Puga, cuyos familiares también buscaron un criterio de oportunidad, pero el fiscal Gertz Manero se lo ofreció a cambio de implicarlo –nuevamente– en una supuesta trama de extorsión.
“Sólo que, esta vez, la integridad de los implicados no hizo posible obsequiar los deseos del fiscal y la exministra: la familia Gómez Mont se negó categóricamente a ser parte de esa infamia”, puntualizó.
En cuanto al caso del desfalcó a la Cooperativa Cruz Azul por mil 600 millones, el exconsejero destacó que se intentó repetir el mismo modus operandi: dar un criterio de oportunidad siempre y cuando se denunciara a los abogados Barradas y García asociándolos con Scherer Ibarra.
“Si el despacho García González y Barradas se involucró en los asuntos penales del caso Cruz Azul fue porque uno de sus socios, Roberto García, es primo de García Luque, abogado de Cruz Azul antes de que yo fuera consejero jurídico de la Presidencia”, destaca.
Sánchez Cordero acotada
Al respecto de Sánchez Cordero, Scherer relató que al quedar acotada en sus funciones, la exsecretaria de gobernación emprendió una investigación sobre su persona y actividades, la cual derivo en un documento en el que la funcionaria presentaba una serie de fabulaciones respecto a su relación con despachos como el de Rivera Gaxiola, Kalloi, Fernández, Del Castillo, Quevedo, Lagos y Machuca, así como el bufete Araujo, González, Peimbert, Robledo y Carrancá Abogados, entre algunos otros.
“No es un misterio que en diferentes momentos de mi actividad profesional trabajé con estos despachos: consta en mi currículum vitae. Sin embargo, la exsecretaria pretendió infamarme al insinuar que hice de la cercanía y el servicio al gobierno un muy redituable e ilegítimo modo de vida”, detalló.
Y recordó que enteró al presidente sobre la existencia de este documento, pero el ejecutivo le restó importancia y le recomendó hacer lo mismo bajo la premisa de "son chismes".
En su testimonio, Scherer Ibarra refrendó su lealtad al presidente López Obrador y su proyecto de nació, pero aclaró que "dueño de sus palabras" y consciente de la dureza de las mismas no cesará en la denuncia de estos atropellos.
“Perseguido como hace 22 años, estoy convencido de que el país no podrá cambiar del todo mientras la justicia sea rehén de hombres como Gertz Manero. Su fiscalía no tiene contrapesos constitucionales y hoy es un peligro. No voy a cesar en la denuncia de sus atropellos. Más allá del futuro que me aguarde, queda mi testimonio”, concluyó.