Tras el sismo de magnitud de 4.8 registrado este viernes con epicentro a seis kilómetros al suroeste de Acapulco, Guerrero, los habitantes del estado, la Ciudad de México y otras entidades reavivaron su temor por la brecha de Guerrero que podría causar graves daños y hasta un tsunami. Te contamos qué es está región y porqué es tan peliogrosa.
La "Brecha de Guerrero" es una zona sísmica marítima de 130 kilómetros de largo, ubicada entre los límite de las placas de Cocos y la Norteamericana.
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La región se subdivide en dos segmentos, el primero y más antiguo se extiende por 150 kilómetros desde Acapulco hasta Papanoa, donde el último gran sismo ocurrió hace 110 años, mientras que el segundo se amplía desde el este de Acapulco hasta Copala, la frontera con Oaxaca, donde el terremoto más reciente (responsable de la caída del Ángel de la Independencia) ocurrió en 1957.
Aunque esto pareciera algo positivo a simple vista, los especialistas coinciden en que la energía acumulada en esta zona de alta sismicidad tendrá que liberarse en algún momento.
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Riesgo de terremoto y tsunami
La "Brecha de Guerrero" ha avivado la discusión entre los especialistas que, con base en registros históricos, pronostican un terremoto de magnitud superior a 8.0 y los que aseguran que es más probable que un terremoto inicie en un segmento aledaño.
Se estima que si toda la brecha se rompiera en un terremoto, con magnitud mayor a 8.0, el evento podría ser devastador para Acapulco y otras ciudades del estado de Guerrero, así como para la Ciudad de México.
Esto, debido a que el terremoto ocasionaría derrumbes importantes y posteriormente un tsunami que dejaría bajo el agua a Acapulco.
En tanto, debido a la geología de la Ciudad de México, un evento de esta magnitud podría generar un daño significativamente alto en la capital.
Recordemos que la ciudad fue construida originalmente en una isla en el medio del lago Texcoco, por lo que la superficie de esta área se clasifica en tres secciones: el antiguo lecho del lago, que es arcilla blanda de ceniza volcánica con un alto contenido de agua, un área de pie de monte, gran parte de la cual está cubierta por lava de menos de 2 mil 500 años de antigüedad, y una antigua zona del delta del río.
Aunque México es una zona de alta sismicidad por estar encima de cinco placas tectónicas, este riesgo no se distribuye de manera uniforme, sino que se concentra en el centro y sur del país.
El 80 por ciento de los terremotos se producen en las costas de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, mientras que aproximadamente el 30 por ciento de la población habita en zonas con niveles altos o muy altos de peligrosidad sísmica.