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La lucha de los tianguistas por sobrevivir ante el COVID: “Se nos acababa el mundo”

A dos años de la llegada del COVID a México, miles de comerciantes aún sufren las afectaciones por el cierre de sus negocios.

Las medidas sanitarias por el COVID han forzado tanto a vendedores como a compradores tomar largas cuarentenas en casa.Créditos: Daniela Mena
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Dos años después de la llegada de la pandemia de COVID-19 a México, miles de comerciantes aún sufren las afectaciones por el cierre de plazas, mercados y tianguis. Los negocios que por mucho tiempo fueron el sustento de familias enteras se vieron obligados a cerrar temporal o permanentemente.

Las medidas sanitarias han forzado tanto a vendedores como a compradores tomar largas cuarentenas en casa, deteniendo el comercio y el ingreso de miles de familias que, hasta la fecha, aseguran, “continúan sobreviviendo” con la ayuda de sus escasos ahorros.

Tal es el caso de Víctor Díaz Alvarado, un comerciante que se dedica a la venta de barbacoa desde hace 30 años y que se enfrentó a una caída del 50 por ciento de sus ventas anuales en 2020, al inicio de la pandemia.

Hoy en día, Víctor continúa enfrentándose a una venta incierta que puede dejarle “más pérdidas que ganancias” y a un bajo ingreso que, por “fortuna”, si es que se puede decir eso, pudo complementar con trabajos extras en el campo.

El 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el inició de la pandemia. Es decir, el SARS-CoV-2 se convirtió en una emergencia sanitaria en todo el planeta. Antes de eso, los casos de coronavirus eran locales: epidemias en países asiáticos y en algunos de Europa, como Italia.

Millones de mujeres, hombres y niños se vieron obligados a dejar las escuelas y sus centros de trabajo, para encerrarse en casa… si es que estaba dentro de sus posibilidades.

El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, defendió la idea de no hacer un cierre total de la economía con el argumento de que gran parte de la población nacional vive en la informalidad, por lo que el encierro se trataba de una condena de muerte.

"Es muy notorio que quien sostiene esta visión (la del confinamiento total) tiene resuelta la vida: tiene ahorros, vive de una nómina, tiene una red social, tiene una casa cómoda, tiene servidumbre, tiene bienestar y puede almacenar alimento a lo mejor por meses", aseveró el funcionario en conferencia de prensa el 14 de diciembre de 2020.

Armando Martínez es vendedor de cinturones y lentes en diversos tianguis de la Ciudad de México. Sin embargo, el golpe de la pandemia fue tan fuerte para él que pasó de trabajar de seis días a la semana a solo tres:“la economía se desplomó”. ¿Cómo logró sobrevivir? Tuvo que utilizar sus ahorros para sacar adelante a su familia. 

Sin embargo, no todas las historias fueron trágicas. Hay a quienes, de manera paradójica, les fue mejor a causa de la contingencia sanitaria… al menos al principio.

Gerardo Robles, vendedor de pollo desde hace 30 años, tuvo “muy buenas” ventas al inicio de la pandemia gracias a las “compras de pánico por miedo a que escaseara el producto, pero después, se desplomaron las ventas”.

Si bien el ingreso de los tianguistas permanece con altibajos, Gerardo confía en que “poco a poquito se recuperará la economía”, pues nunca se imaginó que la emergencia de salud fuese a durar tanto tiempo.

Jaime Peña viaja todos los días de Toluca a la colonia Roma, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, con el único fin de impulsar su negocio de ‘garnachas’ que desde hace cerca de una década resulta el principal ingreso de su familia.

‘Don Jaime’, como le dicen en la zona, no solo se enfrenta a la baja de ventas por el cierre de negocios y oficinas aledañas a su puesto, sino, también, a la enfermedad de uno de sus hijos que requiere de especial atención y de una estabilidad económica para poder llevar el tratamiento adecuado:

“En las terapias que tiene mi hijo, eso fue en lo que más me preocupó: la pandemia. Los gastos son muy fuertes para llevar a cabo sus hemodiálisis, el medicamento… Sentimos muy feo, que se nos acababa el mundo”, apuntó 'Don Jaime'.

Aunado a las bajas ventas, ‘Don Jaime’ no tuvo otra opción que reducir el sueldo de sus empleadas para que ninguna de ellas se quedara sin trabajo en medio de la crisis económica que azotó al mundo por culpa del COVID-19.

Estos son solo algunos de los miles de comerciantes que, de mil maneras, han sobrevivido a la pandemia y que continúan esperando que las ventas se recuperen… aunque también entienden que no es buen momento para nadie y que ellos no son los únicos que viven la crisis del COVID.

Se estima que durante el 2020 se abrieron alrededor de  619 mil 443 nuevos establecimientos mientras que un millón 10 mil 857 cerraron sus puertas definitivamente, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El referido instituto reportó que los establecimientos comerciales fueron el segundo sector más afectado por muertes COVID.

“A nivel nacional, por cada 100 personas que estaban ocupadas en 2019, 20 personas dejaron de trabajar por los establecimientos que murieron en 2020. En 2021 la proporción aumentó a 27 personas”, refiere el Inegi.

El coronavirus se ensañó con los mercados. Después de todo, fue en uno, el de Wuhan, en China, donde surgió la calamidad que lleva al planeta entero sumido en la incertidumbre. El dolor. La tragedia.

Dos años después de que se declarara el inicio de la pandemia, los comerciantes mexicanos resisten. Y tras la vacunación llega la luz al final del túnel: las calles comienzan a llenarse, las familias regresan a los mercados y comercios. Así seguirá, hasta que otro virus nos separe.