Como parte de su incursión en Ucrania, el ejército de Rusia tomó este jueves las instalaciones de la central nuclear de Chernobyl, epicentro del desastre nuclear más grave de la historia y cuyas secuelas incluso afectaron a México.
El 26 de abril de 1986, una falla durante una prueba de seguridad provocó la explosión de uno de los reactores de la planta nuclear, ubicada al norte de Ucrania, lo que generó una cantidad de radioactividad que fue 200 veces superior a la generada tras la explosión de las bombas nucleares lanzadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki juntas.
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"Tras la toma de la central nuclear por parte del ejército ruso, el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky advirtió que "es imposible decir que la planta de energía nuclear de Chernobyl está a salvo después de un ataque completamente sin sentido de los rusos".
La amenaza de un nuevo desastre nuclear en esta región recuerda las secuelas provocadas por el accidente ocurrido en 1986, mismas que incluso llegaron a México a través de “leche radioactiva”.
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Esta es la historia de cómo llegaron a México miles de toneladas de leche contaminada con agentes radioactivos como Cesio 137 y Estroncio 90, mismos que en altos niveles de exposición pueden provocar cáncer en seres humanos.
México compró leche radioactiva en Irlanda
La explosión en la central nuclear de Chernobyl, ocurrida la madrugada del 26 de abril de 1986, hace más de 35 años, generó una nube radiactiva que cubrió prácticamente todo el territorio de Irlanda y parte de Inglaterra.
Debido a la contaminación radioactiva, miles de animales tuvieron que ser sacrificados y toneladas de alimentos fueron destruidos; sin embargo, empresas irlandesas siguieron intentando vender sus productos contaminados, siendo México el único que aceptó la oferta.
Empresas como Irish Dairy Board y An Board Baine Coop Ltd trataron de ofrecer leche y mantequilla contaminada a Brasil antes que a México, situación que fue alertada por el entonces embajador Antonio González de León, pero sus advertencias fueron ignoradas por el gobierno mexicano.
Entre 1986 y 1987, el gobierno mexicano importó más de 50 mil toneladas de leche radiactiva y 2 mil de mantequilla según anuarios estadísticos de Comercio Exterior, aunque datos de la Dirección de Servicios Portuarios de Veracruz señalan que ingresaron 80 mil toneladas de leche, de acuerdo con un artículo de Cesar Carrillo Trueba publicado en la revista Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La dependencia responsable de la compra de leche radioactiva de Irlanda fue la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), misma que puso a la venta los alimentos contaminados pese a conocer los elevados niveles de elementos radioactivos que contenían.
El caso de la leche radioactiva incluso fue denunciado por una empresa que compraba leche a la Conasupo luego de realizar un análisis que descubrió en los alimentos de origen irlandés una gran cantidad de elementos radiactivos, 700 bequerelios por kilogramo, casi el doble de la cantidad máxima tolerada internacionalmente de 375.
A finales de la década de 1980 se dio a conocer que la leche que consumían los alumnos de la escuela naval Antón Lizardo, ubicada en el estado de Veracruz estaba contaminada con Cesio 137 y Estroncio 90; sin embargo, en aquél entonces el gobierno mexicano logró controlar la información y este caso no cobró mayor relevancia.
En enero de 1989, el Grupo de los Cien, una de las organizaciones ambientalistas más importantes, denunció públicamente la existencia de leche radioactiva en México, situación que fue admitida por la propia Secretaría de Salud.
Los responsables de la compra de los alimentos contaminados argumentaron entonces que compraron a muy buen precio la leche proveniente de Irlanda, aunque en realidad sólo ahorraron 10 dólares por tonelada. Mientras una tonelada de leche proveniente de Estados Unidos costaba 800 dólares, una proveniente de Irlanda costó 790.
A pesar de admitir la compra de leche radioactiva, el presidente Miguel de la Madrid declaró el caso como cerrado, argumentando que los alimentos no rebasaban las normas establecidas para ser consideradas no aptas para el consumo.
Años después, en 1995, el Grupo de los Cien junto con Greenpeace solicitaron que se hiciera una investigación y se castigara a los responsables por la compra de leche radiactiva en México, para lo cual fue creada una comisión especial en la Cámara de Diputados. Casi año después, en septiembre de 1996, los legisladores decidieron cerrar el caso.
Así se volvió radioactiva la leche por explosión de Chernobyl
A pesar de que Irlanda se encuentra a cientos de kilómetros de la central nuclear de Chernobyl, prácticamente toda la isla se vio afectada por la nube radioactiva que se generó tras la explosión ocurrida en 1986.
Esta nube radioactiva provocó que se generara lluvia ácida que contaminó prácticamente todos los campos irlandeses con elementos radioactivos, mismos que fueron absorbidos por el suelo y las raíces de las plantas.
Los animales que se alimentaron con organismos vegetales contaminados, como el caso de vacas lecheras, absorbieron también los elementos radioactivos, con lo que también fueron contaminados los alimentos que producían.
Fue precisamente la leche radioactiva producida por estas vacas, mismas que fueron contaminadas tras la explosión de la central nuclear de Chernobyl, la que compró el gobierno mexicano y que fue distribuida entre la población.