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JUSTICIA

Jorge Claudio, el vendedor de tamales que estudió medicina y amaba los hot cakes

Este jueves, familiares, amistades y vecinos de Jorge Claudio Mendoza, el vendedor de tamales atropellado en Cuautitlán Izcalli el sábado, bloquearon la carretera autopista México-Querétaro para exigir justicia por el homicidio.

La familia de Jorge Claudio realizó una marcha para exigir justicia por su muerte.Créditos: Grupo Fórmula.
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Jorge Claudio Mendoza era vendedor de tamales y siempre quiso que sus hijos estudiaran. Y lo logró. Trabajó para ello, y casi no solía descansar con una meta clara.

"Nos decía que quería que fuéramos alguien en la vida", recuerda Jorge Raziel Claudio López, su hijo. "Él estudió Medicina pero como siempre tuvo problemas de dinero, no terminó", relata.

Él está a punto de terminar la universidad, su hermano Claudio apenas la inició, pero ambos están cumpliendo uno de los sueños que tenían como familia.

"Otro de los sueños que teníamos era viajar. Y lo vamos a cumplir aunque él ya no esté", continúa Jorge Raziel, tratando de contener el llanto.

El homicidio del vendedor de tamales

Desde el pasado sábado 24 de diciembre, él y su familia no han podido descansar. Al mediodía, cuando estaban terminando de vender los tamales en Cuautitlán Izcalli, donde habitan su hermano quien pide ser llamado Claudio se enteró que habían atropellado a un tamalero. Primero pensó que era una broma; después no le quedó mayor duda de que se trataba de su padre.

Claudio fue el primero en ver el video: un Mini Cooper que venía a exceso de velocidad perdió el control y se derrapó hasta el carril extremo de la derecha por donde caminaba un hombre empujando un triciclo.

A Claudio no le quedó la menor duda de que se trataba de su padre. "Reconocí la sombrilla", dice. Luego se dirigió a la zona del percance, en la avenida Tenango del Río, muy cerca del cruce con Torre Juan Diego, donde hay una bifurcación.

Ahí le llamó a Raziel. "Te necesito acá", recuerda él que le dijo su hermano menor. "Estaba en shock", dice.

Alrededor del lugar del impacto yacía el cuerpo de Jorge Claudio Mendoza, de 48 años, con las piernas muy dañadas y el resto del cuerpo fuertemente golpeado.

Junto a él, también quedaron regados los insumos, prueba de su trabajo que por más de 15 años le dio sustento a él y su familia: el triciclo destrozado, un bote derribado, una cubeta por ahí y varias hojas de maíz para envolver tamales quedaron justo en el lugar. Ahí permanecieron por días, y el jueves siguiente aún estaban ahí junto al altar que sus familiares y seres queridos montaron en su honor y su memoria.

La familia Claudio pasó la Nochebuena en el Ministerio Público. Martha Reyes Claudio, prima del vendedor de tamales, recuerda que en el lugar sólo recibieron comentarios ofensivos de parte de quien parecía ser la madre del responsable de la tragedia, identificado como Ken Omar Flores Alarcón, vecino de Cuautitlán Izcalli.

"Nos dijeron que sólo éramos una chusma tamalera, que cuánto podía valer la vida de un tamalero", recordó citando a una mujer, quien acudió en respaldo de Ken Omar.

Dos días después, Jorge Raziel se enteró de la liberación del homicida de su padre. Según la Fiscalía del Estado de México, se le dejó en libertad por tratarse de un delito culposo, por lo que no amerita prisión preventiva oficiosa.

Además, las autoridades mexiquenses informaron que el responsable de la muerte del vendedor de tamales había ya ofrecido una indemnización para cubrir los gastos funerarios y compensar el daño.

El miércoles, Raziel reconoció que el monto ofertado era de 230 mil pesos, y que su abogado les había dicho que era todo lo que les correspondía por ley. El Código Penal del Estado de México establece que el monto a pagar es arriba de las 2 mil UMA por un caso de homicidio, sea cual sea el tipo, un monto de más de 211 mil pesos acorde con el valor autorizado para 2022.

Justicia para Jorge Claudio, el vendedor de los tamales

Pero la familia no cree que eso repare el daño y tampoco cree que eso garantice la justicia.

Por ello salieron a marchar el mediodía de este jueves 29 de diciembre. Primero como una protesta, después como una exigencia, la movilización pasó por el lugar del percance y luego llegó a la carretera México-Querétaro, donde bloquearon por más de una hora el tránsito hasta que la autoridad los quiso escuchar.

Las demandas de la familia son claras. Exigen prisión para el homicida, a quien califican de asesino por las condiciones en que se dio el hecho: el conductor estaba en estado de ebriedad y tras el impacto, no se quedó para ofrecer auxilio a la víctima, y por el contrario, se dio a la fuga. Más tarde lo alcanzaron y detuvieron policías municipales de Cuautitlán Izcalli.

La familia del vendedor de tamales denunció que la alcaldesa de Cuautitlán está relacionada con el presunto homicida. Créditos: Luis Fernando Lozano/ Grupo Fórmula.

Tras media hora de negociaciones entorpecidas por la dificultad de entenderse vía telefónica y por la bulla de los casi 500 manifestantes que acudieron al evento, la familia de Jorge Claudio Mendoza accedió a reunirse con el fiscal mexiquense, José Luis Cervantes, en la sede de esa dependencia en el municipio, a un costado del ayuntamiento.

Primero se les ofreció una reunión el lunes en Toluca, pero la rechazaron. Querían justicia y la querían en su tierra. En donde ocurrió la desgracia. Para evitar que fuera una treta, la familia advirtió que de no recibir una respuesta satisfactoria, bloquearían nuevamente la autopista el lunes desde muy temprano.

Pasadas las 3 de la tarde, los manifestantes retiraron el bloqueo carretero y se dirigieron en grupo a la sede local de la Fiscalía. Donde sostuvieron una reunión por más de 3 horas con los funcionarios estatales. Al final, la familia sí llegó a un acuerdo con las autoridades y de acuerdo con su testimonio parece que encontrarán justicia. Sin embargo, les pidieron secrecía.

Jorge Claudio, el ladrón de sonrisas

Su prima Martha lo recuerda como un hombre alegre y dedicado a los demás, que siempre estaba para preguntar cómo estabas. "Si te veía mal, buscaba hacerte una broma para robarte una sonrisa", rememora.

Querido entre sus vecinos, quienes se sumaron a la movilización de este jueves, reconocido entre la comunidad por sus tamales, Jorge Claudio era amante de la cocina.

Claudio recuerda que su padre le contagió ese amor por la cocina al grado que una de sus metas es terminar la actual carrera que cursa en sistemas, para después estudiar gastronomía.

"Todavía lo extraño", dice mientras marcha para exigir justicia por su padre. "Él me enseñó a cocinar, no sólo tamales, me enseñó a hacer lo básico, arroz", enlista.

Y aunque los tamales tenían un lugar especial por lo que significaron para la familia, Jorge Claudio Mendoza tenía un platillo que siempre le robaba una sonrisa.

"Cuando tenía dinero, les hacía de comer a mis papás. Una vez le hice hot cakes. Le gustaron mucho. Le encantaban. Apenas en la feria, le compré a mi mamá un pan de muerto y a mi papá uno de esos hot cakes grandotes. Le encantó, Se lo comió muy contento", recuerda el joven que sabe que ni 200 mil pesos ni todo el dinero del mundo le van a devolver a su padre, el vendedor de tamales.