Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirmara que una parte del Tren Maya se construiría alejada del piso, es decir, mediante un viaducto elevado, activistas y ambientalistas llamaron a dimensionar los riesgos de que la obra requiera pilotes para su construcción.
De acuerdo con lo dicho por el mandatario en su conferencia del pasado martes 29 de noviembre, la medida se tomaría para evitar impactar en los ríos subterráneos y cenotes de la ruta del Tren Maya.
“En ese tramo, por ejemplo, 70 por ciento, casi 70 por ciento, es una plataforma, una especie de viaducto, precisamente para no afectar ningún cenote, ningún río subterráneo, o sea, el tren va a arriba, desde el principio lo planteamos, pero nos detuvieron”, comentó.
Ello coincide con el plan que se tenía a mediados de año, cuando el presidente de la Asociación de Hoteleros de la Riviera Maya, Toni Chaves, quien informara a Grupo Fórmula del plan del gobierno de la 4T de llevar el trazo del Tren Maya en un viaducto elevado.
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Ambientalistas advierten riesgos por el Tren Maya elevado
En su cuenta de Twitter, en un recorrido por el Tramo 5 Sur el 26 de noviembre pasado, Guillermo D’Christy ubicó los marcadores de los puntos donde colocarán los pilotes para construir el viaducto elevado, los cuales tienen una profundidad de al menos 20 metros.
"Sí se van a tocar los cenotes, ya nos lo confirmaron algunos ingenieros, aquí se nota cómo está la línea de estos pilotes, a partir de aquí va hacia atrás y se ve el desplante de cómo van a estar los pilotes", detalló en el video difundido la tarde del martes.
El ambientalista destacó que en un trayecto de unos 50 metros se contaron al menos 24 pilotes en la zona de Playa del Carmen. Uno de los puntos donde se encontraron los marcadores se encuentra la caverna Yorogana, una de las más visitadas por los ambientalistas que han protestado en contra de la obra.
“Este tramo quedará ‘engrapado’ sobre cavernas y cenotes. Las perforaciones llegarán al acuífero y con ello poniendo en riesgo el agua de todos los que habitamos aquí”, detalló.
En un recorrido realizado por Grupo Fórmula en agosto pasado, se observó que las obras del desmonte para el trazo de la ruta del Tramo 5 Sur del Tren Maya se realizan encima de una zona de cavernas donde se observan distintas capas de suelo superpuestas que dan entrada a ríos subterráneos.
De acuerdo con los ambientalistas que acompañaron el recorrido, el riesgo de insertar pilotes en el suelo, que es de tipo kárstico en esa zona (una especie de roca porosa que se fractura fácilmente), implica que estos conectarán directamente con los cuerpos de agua subterráneos, lo que implica que los contaminantes y sustancias propias de la operación del Tren Maya escurran a los cuerpos acuáticos.
Lo cual resultará peligroso dado que la mayor parte del agua que se consume en esa zona de Quintana Roo (al menos 87 por ciento en la región de la Península de Yucatán), incluidas las zonas turísticas como Cancún, Tulum o la Riviera Maya, proviene de los ríos subterráneos.
En el Programa Hídrico Regional 2021-2024 de la Comisión Nacional del Agua para la región de la Península de Yucatán se advierte que la vulnerabilidad del acuífero en las cavernas del norte de Quintana Roo así como en la parte del sur, que coincide con los Tramos 5 Norte y 6 del Tren Maya, que va de Tulum a Chetumal, tienen un grado extremo ante la contaminación.
A ello se suma le riesgo de que la vibración por el paso del Tren Maya reblandezca el suelo y termine por causar derrumbes, que si bien explicó D'Christy durante la visita, son naturales y propios del tipo de roca, se verán incrementados y acelerados por la acción de la obra.
En la Manifestación de Impacto Ambiental del Tramo 5, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), encargado del proyecto, reconoció que la obra tiene entre sus principales riesgos los posibles hundimientos, lo cual incluso consideraron "el mayo reto" para ese segmento del Tren Maya.