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Cárceles hechas por y para hombres que limitan el acceso a la salud

El activismo de Mujeres Unidas por la Libertad nace a raíz de la unión de un grupo de mujeres que estuvieron privadas de la libertad y que, como la mayoría, fueron olvidadas por el Estado.

#25N: ¿a qué se enfrentan las mujeres en prisión? ¿Qué derechos son vulnerados?Créditos: Especial.
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El activismo de Mujeres Unidas por la Libertad (MUXLL) nace a raíz de la unión de un grupo de mujeres que estuvieron privadas de la libertad y que, como la mayoría, fueron olvidadas por el Estado.

Por ejemplo, Beatriz Maldonado cuenta que su compañera murió saliendo de prisión -tras ser privada de la libertad por 12 años- debido a que jamás le realizaron un estudio para atender su enfermedad: cáncer cervicouterino, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga como el cuarto lugar entre los cánceres de la mujer. 

Este caso retrata las deficiencias de las cárceles hechas por y para hombres, aun cuando la Ley Nacional de Ejecución Penal (LNEP) pretende mejorar las condiciones de vida de las personas privadas de la libertad sin distinción de sexo o género.

En cuanto a la población masculina, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que de 2000 a 2015 el número de quejas por violación al derecho de protección a la salud de los internos fue de 6 mil 362, de las que aproximadamente el 50 por ciento son sobre la falta de atención para la salud de los hombres privados de la libertad en los centros de reclusión.

No obstante, la organización civil añade que una diferencia muy marcada se relaciona con las visitas de familiares debido que los hombres son más frecuentados por sus familias, en contraste con las mujeres. Es necesario precisar que las familias son quienes, en la mayoría de los casos, les proveen de ropa, alimentos y productos de higiene.

Mujeres Unidas por la Libertad hace entregas de kits para mujeres en prisión. Créditos: MUXLL.

En ese sentido, los centros penitenciarios en el país están lejos de garantizar la integridad moral, física, sexual y psicológica de las mujeres, como lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En tanto, las carencias en dichos centros femeniles van desde el acceso a ropa interior, productos de higiene -menstrual y personal- hasta la atención en materia de ginecología y pediatría, denuncia Adriana Leyva Alanís, fundadora de la organización MUXLL.

"Vivimos toda clase de injusticias, como primer punto; segundo, vivimos la falta de todo: desde ropa interior como lo son pantaletas, brasieres, tops, sostenes; tercero, artículos de higiene personal”, dice la activista para Grupo Fórmula. 

Al respecto, remarca la importancia de combatir estas limitaciones a través de, por ejemplo, campañas de información y atención en materia de cáncer de mama -que, de acuerdo con la OMS es el tipo de cáncer más frecuente y la causa más común de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial-.

Leyva apunta que la vida en prisión es difícil cuando no cuentas con ingresos económicos, y califica la falta de insumos, acceso a servicios y la salud integral como una ‘cadena’ que culmina muchas veces en un factor para desarrollar cáncer de mama o cáncer cervicouterino.

MUXLL, una organización feminista en defensa de los derechos de las mujeres en prisión, hace entrega de kits higiénicos.

"El visibilizar la necesidad de contar con una prenda de ropa interior es muy importante para la prevención en la salud de cualquier mujer", considera.

Según datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad 2021 (ENPOL), de la población de mujeres privadas de la libertad, sólo 41 por ciento señaló que se le practicó el examen de Papanicolau en el último año, es decir, de julio de 2020 a julio de 2021. En tanto, 30.6 por ciento indicaron que les fue realizado un examen para detectar cáncer de mama.

Pero para Beatriz Maldonado las "mujeres se han enfermado, mujeres tienen cáncer de mama, cáncer cervicouterino y tienen problemas de salud mental por la misma situación: no hay una atención verdadera".

Sobrevivir juntas: los desafíos de la maternidad en prisión

El trabajo Diagnóstico de maternidad y paternidad en prisión, de Reinserta, apunta que más del 80 por ciento de las mujeres privadas de la libertad son madres y que, hasta 2019 y según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), hay 436 niñas y niños viviendo con ellas en prisión.

La propia Ley Nacional de Ejecución Penal (LNEP) establece que las mujeres privadas de la libertad embarazadas deberán contar con atención médica obstétrico-ginecológica y pediátrica, durante el embarazo, el parto y el puerperio.

Este servicio debe realizarse en hospitales o lugares específicos establecidos en el centro penitenciario cuando cuenten con las instalaciones y el personal de salud especializado. Además de los derechos humanos reconocidos, también tendrán derecho a convivir con su hija o hijo en prisión hasta que cumpla los tres años de edad. 

No obstante, la organización documentó que 1 de cada 2 mujeres no tiene acceso a atención ginecológica, ni se sienten seguras al interior del centro.

Activismo de MUXLL. Fuente: MUXLL.

A esto añaden que en el 90 por ciento de los casos, el centro no proporciona los productos para cubrir las necesidades básicas de las y los niños al interior, lo que deja el contacto de la infancia con el sistema penitenciario como una “asignatura pendiente” debido a que “siguen sin contar con las condiciones para albergar niñas y niños en un ambiente libre de violencia”, reprueba Reinserta.

Además, en la ENPOL 2021, 22 por ciento de las mujeres que no acuden o acudieron al médico durante su embarazo señaló que los médicos del Centro se niegan o negaron a hacerles revisiones.

Entre los motivos por los que no acude o acudió al médico están:

  • Los médicos del Centro se negaron, 22.0 por ciento.
  • Las autoridades dijeron que no tienen el equipo necesario, 15.8 por ciento.
  • El Centro no cuenta con médicos, 14.7 por ciento.
  • Las autoridades no permitieron realizarlo, 9.9 por ciento.
  • No especificado, 5.4 por ciento.
  • El servicio tiene costo y no pudo pagarlo, 3.8 por ciento.
  • Otra razón (no sabía que estaba embarazada, tuvo un aborto, entre otros), 28.3 por ciento.

Con este panorama, Mujeres Unidas por la Libertad hace un llamado a los tres poderes del Estado: "que las mujeres dentro de prisión sigan siendo mujeres con dignidad, porque ellas tienen derechos. No sabemos qué mujer va a estar allá adentro, entonces, como sociedad no tenemos ningún derecho de ser punitivos".

Esta información forma parte de la investigación especial Sobrevivir juntas a la violencia contra las mujeres realizado en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (#25N).