El sábado 22 de octubre Caborca, Sonora, fue testigo de una tragedia: Marco Antonio Rosales Contreras, un ingeniero de Durango confundido con un jefe de sicarios, fue asesinado a balazos a las afueras del templo de La Candelaria, recinto en el que se estaba llevando a cabo su boda.
En un inicio el gobernador del estado, Alfonso Durazo, afirmó que el ataque fue dirigido "específicamente contra la víctima" y al mismo tiempo el mandatario pidió a la población no caer en psicosis tras lo ocurrido. Sin embargo, esta versión contrastó con la dada a conocer días después por la Fiscalía de Sonora, quien reconoció días después que los tiros no iban contra Rosales Contreras.
De acuerdo con el diario El País, los atacantes iban detrás del jefe de sicarios del cártel local. “Cuentan los vecinos que como sabían que lo iban a matar, cambió de idea. Todos en este municipio mexicano (...) creían que ese 22 de octubre, a las 19.30, se iba a casar en La Candelaria un chamaco apodado 'El Frank', jefe de sicarios del cártel local, con La Chinita, hija de los primeros en montar un restaurante de comida china en la zona”, relata el medio.
No obstante, de último momento optaron por cambiar la parroquia, fue así que en dicho lugar el ingeniero Rosales Contreras celebró su unión matrimonial con Aracely Martínez, una maestra de una escuela privada.
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'El Frank’ es el jefe de sicarios del cartel que se alió con los hombres de Rafael Caro Quintero, también conocido como el ‘narco de narcos’ luego de la fundación del cártel de Sinaloa y quien el 15 de julio de este año fue detenido. El capo también le declaró la guerra a los hijos Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, su exsocio.
‘Los Chapitos’ y los hombres de Caro Quintero han ‘desatado’ una pugna por el control de este territorio dedicado al trasiego de droga y tráfico de migrantes, menciona el medio.
El medio retoma que fue al salir de la ceremonia cuando un hombre de camisa a cuadros le disparó cuatro veces; el hombre recibió dos impactos de bala en la cabeza y dos en el pecho. La ambulancia tardó casi media hora en llegar.
“Mientras Rosales yacía moribundo en las escaleras de La Candelaria, a esa misma hora, otro hombre salía de otra iglesia presumiendo su matrimonio. 'El Frank' y La Chinita habían esquivado la muerte a costa del ingeniero”, añade El País.