Manuel Espino Barrientos, excomisionado del Servicio de Protección Federal, aclaró que la propuesta de la que habló en un foro en el Senado sobre entablar negociaciones con grupos del narcotráfico con miras a pacificar al país, resulta del pasado histórico de nuestro país en el que se debe reconocer que gobiernos municipales, estatales y federales han entablado diálogos con estos grupos previamente pero con miras de impunidad y enriquecimiento.
Espino detalló un ejemplo de este diálogo al más alto nivel fue el que ocurrió entre Genaro García Luna y el crimen organizado en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
"El secretario de Seguridad, Genaro García Luna, dialogaba con ellos, por eso está preso. Pero dialogaba con el propósito del beneficio personal o de unos cuantos, y yo no creo que fuera ajeno a esta realidad el expresidente Felipe Calderón.
"No es el caso con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Yo fui quien hizo la propuesta del diálogo, pero para bien", señaló Manuel Espino en entrevista con Óscar Mario Beteta para "En los Tiempos de la Radio".
Agregó que hay grupos que se dedican a la distribución de drogas para hacer dinero, mismos que han obtenido la protección de distintos órdenes de gobierno, prueba de que y ha habido diálogo con ellos.
Durante el foro Seguridad y Justicia por un México Mejor realizado en el Senado de la República, Espino Barrientos dijo que había hablado con Adán Augusto López, y después con Rosa Icela Rodríguez sobre la posibilidad de entablar un diálogo con grupos criminales con miras a negociar la pacificación del país. Apuntó que la secretaria de Seguridad lo había "fustigado".
Sin embargo, dijo que después de la reunión con Adán Augusto López había logrado dialogar con dos grupos criminales. Además de que se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.
Espino también aclaró en la entrevista con Óscar Mario Beteta que esta propuesta fue desechada y ayer sólo compartió la anécdota en el foro del Senado.
No obstante, opinó que los "abrazos, no balazos" significan evitar la confrontación, la no violencia, y que en consecuencia se puede abrir la posibilidad de abrir el diálogo para bien.
"No podemos negar que en México la práctica de dialogar con grupos delictivos ha sido recurrente por parte de alcaldes, gobernadores, presidentes de la República, que en el pasado lo han hecho pero a cambio de impunidad, para hacer negocios o para hacer riqueza personal", detalló el expanista.
Por lo que, explicó, él lo que pretende es que eso se revierta: que las negociaciones con el narco que él plantea buscarían la pacificación y disminuir la corrupción en la estructura gubernamental.
Espino recordó que la industria de las drogas así como la industria armamentística tuvieron un gran auge con la segunda guerra mundial, pero que, al término de esta, la venta de drogas se tuvo que desplazar a otros grupos. Y que ahora quienes comercializan drogas pretenden venderlas a jóvenes para hacer dinero.
Manuel Espino además acusó que cuando Felipe Calderón sacó al Ejército a las calles, se descuidaron a las policías.