El brote de contagios por COVID-19 preocupa cada vez más a la población y con su propagación van surgiendo "productos milagro" o productos no aprobados por las organizaciones de salud responsables de cada país, entre las posibles "soluciones" han mencionado al dióxido de cloro y la ivermectina.
DIÓXIDO DE CLORO
La comunidad científica de la UNAM dio su postura en cuanto al dióxido de cloro y mencionaron que no hay evidencia de que sea benéfico, sino todo lo contrario, es un producto tóxico que pone en riesgo la salud de las personas. En el programa de radio "La Ciencia que Somos" los doctores María Jiménez Martínez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, y Omar Sued, Presidente de la Sociedad Argentina de Infectología hablaron de lo que sucede en el cuerpo cuando se ingiere.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) y autoridades de varios países han emitido alertas a la población para evitar el consumo de la sustancia. En México, la Cofepris no ha autorizado registros sanitarios de formulaciones que contengan dióxido de cloro para su uso como tratamiento de alguna enfermedad.
IVERMECTINA
La ivermectina es un medicamento destinado al uso de animales y su uso es para prevenir parásitos, es un medicamento aprobado por el gobierno de los Estados Unidos. En el caso de los seres humanos está aprobado en dosis específicas para tratar gusanos y parásitos, además de algunas soluciones para la piel que acaban con los piojos y afecciones como la rosácea.
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La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha autorizado el uso de la ivermectina para prevenir o tratar el COVID-19. Tomar grandes dosis es peligroso para los seres humanos.
La FDA tiene como función evaluar cuidadosamente los datos científicos de un medicamento para asegurarse de que es seguro y eficaz para un uso determinado.