La Comisión Federal de Electricidad (CFE), encabezada por Manuel Bartlett, respondió a un artículo de The Economist donde se afirma que la reforma energética apuesta por las "energías sucias" y que el gobierno del presidente López Obrador alejará a la inversión privada, causando un daño a la economía.
La dependencia hizo una réplica al artículo 'Las reformas energéticas de México dañarán la economía y el estado de derecho', publicado el 3 de enero, el cual consideró que tiene "prejuicios liberales" contra la iniciativa de AMLO que aboga por no dejar en la iniciativa privada el devenir de una nación, esto en un comunicado dirigido a la opinión pública.
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Negó que la CFE abogue por las llamadas energías sucias y que el 38.45 por ciento del total de la energía generada fue limpia; además de que la dependencia estatal generó el 55 por ciento del total de las energías limpias en coordinación con la iniciativa privada.
Respecto a las energías sucias, resulta muy atractivo para los medios y las personas en contra de la reforma reincidir en una frase como si se tratara de un eslogan, pero no: la CFE no propone energía más cara ni más sucia", aclaró la CFE.
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Anunció que la CFE construirá "la planta solar más potente de Latinoamérica", que se instalará en Puerto Peñasco (Sonora) y que beneficiará a 4 millones de personas. Por otra parte, anunció el mantenimiento de las centrales hidroeléctricas para la generación de energías limpias.
Dijo que la dependencia estatal sólo cuenta con tres plantas de carbón e hizo una comparación con lo que ocurre en China, donde hay 946 plantas, y Estados Unidos, donde hay 286.
¿Qué dice el artículo de The Economist?
De acuerdo con el artículo publicado por la revista británica The Economist, la reforma energética propuesta por López Obrador generará energía más cara y "sucia", lo que causará un grave daño a la economía mexicana y al estado de derecho, debido a que no se respetarían los contratos existentes.
Todo esto no sólo aumentaría el costo de los precios para los consumidores, sino que también afectaría la confianza de los inversionistas, quienes se alejarían de México al ver que no se respetan los contratos existentes, sobre todo, en el rubro de las energías limpias.