Este 15 de enero se registró la erupción del volcán submarino Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai, ubicado en el Pacífico Sur aproximadamente a 65 kilómetros al norte de Tonga.
El acontecimiento quedó registrado por satélites y generó un Tsunami en la nación insular, con olas que pusieron a temblar a los habitantes de dicha región del mundo.
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Hasta el momento no hay reportes sobre posibles víctimas del fenómeno natural, pues varias zonas permanecen incomunicadas debido a las inundaciones.
Cabe señalar que países de América, como Chile y Ecuador, ya analizan la situación por la colindancia que su territorio tiene con el Océano Pacífico.
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En el caso de México, la Secretaria de Marina advirtió la tarde de este sábado que se espera la posibilidad de que haya fuertes corrientes en el Pacífico mexicano, además de que habrá oleaje intenso en puertos como Acapulco, Puerto Vallarta, Ensenada y Manzanillo.
"Mantener precauciones para embarcaciones, población y actividades portuarias en la zona costera por la posible presencia de corrientes fuertes en los puertos nacionales", indicó la dependencia federal.
Mexico ya ha sufrido Tsunamis
Aunque en fechas recientes nuestro país no ha estado afectado por maremotos (como también se les conoce), hay evidencia de que sí es posible que ocurran en la parte del planeta que habitamos.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres define a los Tsunamis como “una secuencia de olas que se generan cuando un sismo de gran magnitud se origina en los límites costeros de un territorio”.
La secuencia de olas puede alcanzar gran altura y, cuando el agua se topa con tierra firme, la fuerza del impacto es capaz de generar pérdida de vidas humanas y bienes materiales.
El organismo explicó que “la mayoría de los Tsunamis se originan por sismos que ocurren en el contorno costero del Océano Pacífico”. Como nuestro país tiene estados que colindan con esa masa de agua, es completamente probable que algún día seamos afectados por uno.
El tema ya fue referido por la investigadora María Teresa Ramírez del Instituto de Geografía de la UNAM, quien descubrió que México ha sufrido dos grandes maremotos: uno en 1787 y otro en 1537.