Especialistas alertaron que los niños menores de cinco años parecen estar desarrollando una tos áspera o “tos de perro”, conocida como crup, derivado de la nueva variante Ómicron de COVID-19.
Esta complicación denominada como laringotraqueobronquitis, explicaron, se debe a que Ómicron tiende a asentarse más arriba en el tracto respiratorio, inflamando las vías aéreas de los niños, incluyendo la laringe y las cuerdas vocales que al pasar aire provocan la “tos de perro”.
“Las vías respiratorias de los niños pequeños son tan estrechas que se necesita mucha menos inflamación para obstruirlas”, precisó el Dr. Buddy Creech, experto en enfermedades infecciosas pediátricas y director del Programa de Investigación de Vacunas de Vanderbilt en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.
Aunque este sonido puede encender las alertas de los padres que ven preocupados el aumento de casos, sin poder contar aún con una vacuna para los más pequeños, los médicos aclararon que no suele ser grave y también es provocada por otros virus estacionales.
Además de la tos, los niños podrían producir un silbido agudo al respirar hondo, lo que también se asocia al crup.
Pediatras y neumólogos estadounidenses han identificado un incremento de este padecimiento junto al aumento de casos de COVID-19 en los niños, por lo que esperan que las infecciones sigan creciendo a medida que Ómicron continúe propagándose.
Sin embargo, aseguraron que se trata de un diagnóstico bien conocido por los médicos y uno de los primeros que aprenden a tratar.